Alex Caniggia se dejó hipnotizar por Tusam en vivo: "¿Vos sos como Copperfield?"
"En la hipnosis no se duerme, no se pierde la conciencia", explicó Tusam, el hijo del recordado mentalista quien hipnotizó a Alex Caniggia,
El viernes en Polémica en el Bar dejó mucho de que hablar. Y fue de la mano de Alex Caniggia, la última incorporación a la mesa, y de Leonardo Tusam, quien le practicó una hipnosis en vivo al vástago del Pájaro. "A mí me gustaría que sea el más joven, el más vital de nosotros, el más potente", propuso el conductor Mariano Iúdica, señalando a Alex.
Antes de que comenzara, Iúdica explicó que una hipnosis es "una técnica de respiración: si vos lo escuchás y hacés la técnica de respiración, entrás en la concentración". Y Tusam complementó: "En la hipnosis no se duerme, no se pierde la conciencia. La hipnosis es un trabajo de, mínimo, dos personas. Es un trabajo muy parecido al del pesista y el coach.
Por supuesto que Alex Caniggia se mostró super seguro y además le preguntó si se iba a quedar dormido y allí dejó en evidencia que no escuchó del todo la explicación del hipnotizador. "No, vas a estar concentrado. En la hipnosis se trabaja para potenciar tu fuerza", le dijo Leonardo y se propuso comenzar a dirigirlo.
Y comenzó el momento más esperado: "Juntá los pies, los brazos contra el cuerpo y cerrá los puños. Vamos a comenzar con la respiración: oxigeno por la nariz y exhalás por la boca. La idea no es que te marees, sino que controles el aire. Yo voy a ser tu asistente, tu guía en esta concentración. Controlá el aire", le dijo Tusam mientras Alex Caniggia, con los ojos cerrados, comenzaba a lograr la concentración necesaria.
Estuvo unos segundos encima del mediático y, al bajarse, lo levantó con sus dos manos y lo trasladó como si fuera un paquete hasta donde estaba la línea de cámaras. La hipnosis estaba llegando a su fin y había sido exitosa. "Reaccioná, reaccionamos", le dijo mientras le daba dos palmaditas en las mejillas. Dos segundos después, Alex abrió los ojos, gritó y aplaudió. "¡Buena, buena!", lo saludó eufórico a Tusam, chocando sus puños.
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