Catalina fue sorprendida en Gran Hermano y habló de Furia: "Se están..."

Después de enfrentar días de intensidad y conflictos en la casa de Gran Hermano 2023, Catalina Gorostidi vivió un momento de ternura y contención al recibir la visita sorpresa de su padre, Adrián Gorostidi, conocido como El Loco Gorostidi, exfutbolista de Colón y entrenador de renombre.

El encuentro entre padre e hija tuvo lugar en el SUM, donde compartieron una cena cargada de emociones. Catalina, conocida como Cata, abrazó a su padre con fuerza al verlo, expresando sus sentimientos y las dificultades que estaba atravesando. 

"¿Qué hacés acá?", fue su primera reacción, seguida de un "estoy más o menos" al hablar sobre su estado emocional.

Durante la cena, acompañada de un asado con papas fritas y ensalada, padre e hija conversaron sobre los desafíos de la convivencia en la casa, mientras Adrián comparaba la experiencia con la dinámica de un equipo de fútbol. Expresó su preocupación por la situación de Catalina y le recordó la importancia de cuidarse en medio de las circunstancias adversas.

Adrián, quien al principio se opuso a la participación de su hija en el reality show, le brindó su apoyo incondicional, elogiando su capacidad para alcanzar sus metas y manifestando su deseo de verla feliz. Catalina, visiblemente emocionada, lamentó la distancia que había surgido entre ella y su amiga y aliada, Furia, y expresó sus frustraciones ante las tensiones dentro de la casa.

"No sé qué está pasando con Furia. Yo sé que estoy haciendo las cosas bien. Yo sé que fui buena", señaló, mientras lanzaba una cruda frase. "Se están empezando a caer las caretas", agregó.

Para aliviar la atmósfera, El Loco Gorostidi compartió algunas bromas con su hija, haciendo referencia a la afonía persistente que ella experimentaba desde su ingreso al programa. Catalina, entre risas, comentó sobre sus interacciones con otros compañeros de casa, revelando su buena relación con algunos y sus conflictos con otros.

El encuentro terminó con un gesto de cariño por parte de Adrián, quien obsequió a Catalina un alfajor santafesino, deleitando a la joven aunque prometió reservárselo solo para ella.