Gran Hermano: quíén abandonó la casa

La gala del domingo dejó afuera a Martina Pereyra con el 52,6% de los votos negativos. La decisión del público desató gritos, insultos y recriminaciones hacia Tato, señalado por su polémica jugada. Las tensiones en la casa llegaron a un nuevo punto de ebullición.

Una noche explosiva sacudió la casa de Gran Hermano este domingo. En un mano a mano decisivo, Martina Pereyra quedó eliminada con el 52,6% de los votos negativos frente a Catalina Gorostidi, exjugadora de la edición anterior, que logró imponerse con un 47,3% gracias al respaldo del público.

La salida de Martina no solo sorprendió, sino que encendió una verdadera tormenta dentro del juego. El movimiento que definió la placa fue orquestado por el líder de la semana, Santiago "Tato" Algorta, quien decidió salvar a Luz y subir en su lugar a Catalina, decisión que generó críticas y una lluvia de insultos tras conocerse el resultado final.

El primero en encender la mecha fue Ulises, quien lanzó con ironía: "Te salió mal la jugada, maestro", apenas se anunció la eliminación. Chiara, por su parte, no se contuvo y gritó desde el fondo: "Ahora llorá, ridículo". Pero fue Lourdes Ciccarone quien disparó con más dureza: "Seguí ahí con tu jugada, estratega, ridículo, llorando y con Lucecita, a la que le tenés ganas".

Tato se mantuvo en silencio, abrazado a Luz Tito y Lucía Patrone, sin responder a los agravios ni sumarse al tradicional canto de despedida, mientras el ambiente se cargaba de tensión.

La gala había comenzado con alivios para varios: Eugenia Ruiz fue la primera en salir de la placa con tan solo el 0,5% de votos negativos. Selva Pérez (1,1%) y Gabriela Gianatassio (6,2%) la siguieron, mientras que Ulises Apóstolo, con un 12,7%, aprovechó su salvación para advertir a sus rivales. Finalmente, Chiara Mancuso logró quedarse con un 28,9%, dejando el foco en la pulseada más esperada de la noche.

La eliminación de Martina marcó un antes y un después dentro de la casa. Las alianzas empiezan a resquebrajarse y las estrategias más arriesgadas ya muestran sus consecuencias. Con una interna que se profundiza y tensiones que no se disimulan, Gran Hermano entra en una etapa decisiva donde nada parece estar bajo control.