"Estuve en la cama con Maradona", la rubia que confesó ser la amante del Diego
La actriz argentina volvió a recordar la noche de pasión en la que el astro del fútbol la prefirió a ella antes que a Claudia.
Que gracioso es recordar las historias de Diego Armando Maradona. Otra vez salió a la luz la confesión de Graciela Alfano, en la cuál cuenta la noche de lujuria y pasión que pasó con el astro del fútbol. "Me lo comí", expresó la actriz más hermosa de la Argentina.
"A Diego lo conozco desde que tenía catorce años. Mi papá estaba en el Tribunal de Disciplina de AFA con Julio Grondona y lo veía cuando venía a declarar. Lo llamaban: 'Maravilla Maradona' por las cosas que hacía en la cancha de Argentinos Juniors", empezó Alfano.
La madre de Alfano se llamaba Liliana Casanovas y en la década del 70, luego de haber enviudado de Jorge Alfano, papá de Graciela, se casó por segunda vez con el abogado Humberto Capelli, un fanático hincha de Racing, al que ella siempre consideró como su segundo padre.
Diego se convirtió en la figura principal del fútbol argentino, y Graciela en una estrella de teatro. Hasta que en 1995, luego de una espera que resultó eterna para muchos hinchas, Maradona volvió a jugar con la camiseta de Boca. Y allí, en esa vuelta a Buenos Aires, se dio el primer encuentro: "Maradona vino como invitado al programa El Periscopio que yo conducía por América. Cuando me retiré y llegué a casa, comencé a desmaquillarme y el señor de seguridad me toca el portero y me dice: 'Afuera está Diego Maradona en su camioneta con un oso gigante con la leyenda: Te quiero. Me asomé por el balcón, lo vi y bajé...", confesó Graciela.
"Nos quedamos hasta las seis de la mañana sentados en un banco de la Plaza San Martín hablando de cosas de la vida. El había vuelto a Boca y tenía muchos problemas con el presidente del club, Mauricio Macri. La gente que pasaba para ir a trabajar nos miraba y decía: '¿Maradona con Alfano? ¡Hoy dejo la grapa!'. Pero esa noche no nos besamos, solo charlamos y hablamos de muchas cosas", siguió.
Fue al día siguiente cuando Diego la llamó y se volvieron a ver: "Guillermo Coppola nos prestó su casa para que pudiéramos estar juntos y pasar desapercibidos -continúa relatando Graciela-. Nos miramos y dijimos: 'Tenemos que hacerlo porque todo el mundo dice que lo hicimos.¡Nos estamos perdiendo la mejor parte!'".
Y comentó cómo resultó la experiencia: "Estuve en la cama con él y la pasé brutal. Mirá, cuando Diego está en Maradona, es tremendo, difícil, complicado. Pero cuando Diego es Diego, ¡te lo comés. Y yo me lo comí! La relación duró un par de meses, no me acuerdo si estaba o no con Claudia... Igual, yo pienso que todos somos cornudos. Tampoco me siento mal por lo que hice, en todo caso es un problema de él con su esposa y su familia".
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