Cambió de sexo y ahora rompe récords de natación

Lia Thomas tiene 22 años y es nadadora de la Universidad de Pensilvania. Nació en Austin, Texas y se llamaba Will Thomas. Como tal, formó parte del equipo masculino de natación de la Universidad hasta 2019.

Luego, Will tomó la decisión de su vida y pasó a llamarse Lia Thomas, cambiando de sexo y sometiéndose a tratamientos hormonales. A fin de poder seguir compitiendo, cumplió con la normativa que exige un año de tratamiento para la supresión de la testosterona. Eso hizo que se ausentara durante todo 2020, pero en noviembre volvió a competir, ya como Lia, en el equipo femenino.

En poco tiempo, estableció varios récords de la Universidad de Pensilvania y de la Ivy League. Además, llegó a marcar el mejor tiempo de la temporada de Estados Unidos en las 200 yardas libre con 1:41.93.

La polémica comenzó a raíz de una carta firmada por un grupo de padres, quienes el pasado 5 de diciembre solicitaron a la NCAA que tome cartas en el asunto. "El precedente que se está sentando, en el que las mujeres no tienen un espacio protegido y equitativo para competir, es una amenaza directa para las atletas femeninas en todos los deportes", expusieron.

La jueza de la Federación de Natación -USA Swimming-, Cynthia Millen, renunció a su cargo para no tener que tomar cartas en el asunto. "No pretendo criticar a Lia, pase lo que pase, es una hija de Dios, una persona preciosa, pero es un cuerpo masculino nadando contra el femenino", escribió Millen en la carta de renuncia. En tanto que dijo, "ese cuerpo masculino nunca puede cambiar. Ese cuerpo masculino siempre será un cuerpo masculino".

En una delgada línea entre la transfobia y el cambio de reglas de una vez y para siempre, las autoridades estadounidenses debaten qué hacer con el caso.

"El hecho es que, durante casi 20 años, desarrolló músculo y se benefició de la testosterona producida naturalmente por su cuerpo. Esa fuerza no desaparece de la noche a la mañana, ni con un año de supresores. En consecuencia, Thomas se sumerge en el agua con una ventaja inherente respecto a las demás", expone un medio especializado en natación.

Según un estudio internacional llevado a cabo en 2020, estas afirmaciones son infundadas. La investigación llevada adelante por Emma Hilton, de la Universidad de Manchester, y Tommy Lundberg, de la Universidad de Estocolmo, concluye: "La ventaja biológica, más notablemente en términos de masa muscular y fuerza, conferida por la pubertad masculina y por lo tanto disfrutada por la mayoría de las mujeres transgénero se reduce mínimamente cuando se suprime la testosterona según las pautas deportivas actuales para atletas transgénero".

El testimonio que importa, la palabra de Lia

Lia Thomas se ajustó a las reglas y siguió la terapia obligatoria de reemplazo hormonal durante dos años. Lia explica que se dio cuenta de que era transexual en 2018. "Había mucha incertidumbre. No sabía qué podía hacer. Decidí nadar esa temporada como hombre, sin salir del armario, y eso me causó mucha angustia", cuenta.

En tanto que apunta que "mi salud mental no era muy buena. Sufrí mucha inquietud y me sentí atrapada en mi cuerpo. Fue cuando decidí que había llegado el momento de comenzar mi transición".

En 2019 inició su tratamiento y en 2020, la NCAA aprobó su expediente médico. Su claro dominio en la categoría, pese a su tratamiento ha generado polémica y las autoridades aún no toman una determinación al respecto en torno a la queja de sus pares.