El médico que operó a Maradona hasta las manos: el dato que lo complica

Durante una audiencia clave en el juicio por la muerte de Diego Armando Maradona, cuatro médicos del Sanatorio Ipensa de La Plata brindaron testimonios que complican seriamente la situación del neurocirujano Leopoldo Luque, uno de los siete imputados por homicidio simple con dolo eventual. Todos coincidieron en un punto clave: el hematoma subdural que padecía el ídolo no requería una intervención quirúrgica urgente.

El jefe de neurología Guillermo Burry fue contundente al señalar que no consideraba necesaria una cirugía inmediata y que, en todo caso, debían atenderse antes otras afecciones que presentaba el paciente. En la misma línea se expresaron el neurólogo Martín Cesarini y el médico clínico Marcos Correa, quienes describieron el hematoma como crónico, pequeño y sin indicios de urgencia.

El traumatólogo Flavio Tunessi, médico vinculado al cuerpo técnico de Gimnasia, explicó que notó un deterioro en el estado general de Maradona, pero que los estudios realizados no justificaban una cirugía inmediata. A pesar de esas advertencias, Luque decidió trasladar a Maradona a la Clínica Olivos, donde finalmente fue operado el 3 de noviembre de 2020.

Otro elemento que refuerza las sospechas sobre Luque es la declaración de Verónica Ojeda, madre del hijo menor del Diez, quien había afirmado días antes que "a Diego lo tenían secuestrado" y que las condiciones de su internación domiciliaria eran inapropiadas. Ojeda también expresó que el equipo médico les hizo creer que Luque había sido el cirujano, pero luego supieron que fue otra persona quien realizó la operación, sintiéndose engañados.

La revelación de que varios profesionales aconsejaron no operar de urgencia y que Luque igualmente avanzó con la cirugía, sumado al testimonio de familiares que denuncian desinformación y manipulación, coloca al neurocirujano en el centro de las sospechas.