El impensado destino del estadio más alto del mundo: el argentino que hizo historia
El caso que conmocionó a todo el mundo.
Luis Alberto Carranza, conocido como Betito, pasará a la historia como uno de los personajes más emblemáticos del fútbol peruano. En el año 2000, el estadio Daniel Alcides Carrión, situado a 4.378 metros sobre el nivel del mar, conocido oficialmente como el "techo del mundo", fue el escenario de una de las hazañas más heroicas y valientes que se recuerden en el fútbol profesional.
El partido enfrentaba a Unión Minas, un club con una historia ligada al sacrificio y a las complejidades de jugar en altitud extrema, contra su rival, en aquella ocasión, el equipo de la Primera División peruana. Fue en este marco que Betito Carranza emergió como un verdadero ídolo, con una actuación que dejó huella no solo en el fútbol peruano sino en el imaginario colectivo de quienes recuerdan los desafíos de jugar en condiciones extremas.
El partido se encontraba cuesta abajo para Unión Minas, que había recibido un gol adverso. Entonces, el técnico Roberto Challe decidió hacer ingresar a Carranza, a quien inicialmente se le había ofrecido ser titular pero que temía las condiciones del lugar. Con guantes y gorro de lana para protegerse del frío y la altura, Betito ingresó al campo.
En su primera jugada, Carranza demostró su talento con un penal que igualó el marcador 1-1. Sin embargo, lo que se convertiría en el instante decisivo del partido aún estaba por venir. En una de las carreras más legendarias del fútbol peruano, Betito se lanzó a una electrizante corrida de 70 metros con la pelota a toda velocidad. Con precisión, definió con un puntazo inatajable, sellando el 2-1 que le daba el triunfo a su equipo.
Inmediatamente después de la hazaña, Betito se desplomó, incapaz de continuar debido a los efectos de la altitud. Los médicos del campo acudieron rápidamente con oxígeno para asistirlo, pero lo que ya estaba claro es que su nombre se inmortalizaría en la historia del fútbol peruano.
Un año después, Unión Minas descendió a la Segunda División y nunca pudo recuperar su lugar en la élite. La altitud extrema del estadio Daniel Alcides Carrión contribuyó a su caída, lo que llevó a que el club pasara a un contexto más modesto. Sin embargo, el legado de Carranza y su histórica corrida en el "techo del mundo" perdura en la memoria de los amantes del fútbol.
Hoy, el estadio Daniel Alcides Carrión sigue siendo el escenario más alto del fútbol profesional, donde se celebran encuentros de menor envergadura. Betito Carranza, con su valentía y talento, sigue siendo un ícono de un fútbol que desafía las condiciones más extremas.
Comentarios