Más despiertos que nunca

A tener ojo Argentina: la avivada de Australia que pocos vieron ante Dinamarca

Ocurrió en el segundo tiempo del partido que definió la clasificación de los oceánicos y la eliminación de los europeos.

Australia será el rival de Argentina en los octavos de final del Mundial de Qatar y muy poco se conoce sobre los Socceroos. Sin embargo, en el partido ante Dinamarca que selló la clasificación de los oceánicos a la próxima fase, se vio una cualidad muy similar a un equipo sudamericano. Una situación comparable a la viveza criolla, a la picardía y a los artilugios de estas latitudes que llamó poderosamente la atención.

¿Qué pasó? Con la necesidad de revertir la derrota que los llevaba a la eliminación, el entrenador de los daneses, Kasper Hjulmand, decidió un doble cambio a los 23 minutos del segundo tiempo y envió al campo de juego a los delanteros Robert Skov y Andreas Cornelius. Ambos ingresaron con una primera misión: llevar unos mensajes escritos en papeles para que los vean compañeros que quedaban en la cancha. La transmisión oficial llegó a mostrar que el primero de ellos fue corriendo hacia Christian Eriksen y se lo entregó.

Dos minutos más tarde, Dinamarca buscaba la igualdad y en el banco de suplentes de los australianos comenzaron a verse movimientos atípicos. El entrenador Graham Arnold se juntó con sus ayudantes y comenzaron a evaluar algo. Al menos una de las notas escrita a mano que contenía instrucciones tácticas terminó en las manos "equivocadas", luego de ser descartada en el campo.

Según informó La Nación, el reemplazado Mitchell Duke la recogió y se la llevó al DT. A partir de allí, Australia supo cuál era la idea de los daneses. Para desgracia de los rivales, uno de los asistentes de Arnold, Andrew Clark, trabajó en un club de Copenhague, la capital de Dinamarca. Se especula, entonces, que así fue más sencillo para los australianos interpretar la estrategia que había en esos papeles.

¿Qué ocurrió apenas cuatro minutos después de los cambios de Hjuldman? Australia utilizó su primera ventana de modificaciones para alterar el sistema de juego y comenzar a defender con cinco jugadores, sumando otro central y dejando a sólo un delantero, para pasar a jugar con un 5-4-1. De esa manera, el experimentado Bailey Wright, un zaguero de 1,85m, saltó al campo para sumarse a la defensa del triunfo ante los centros que iban a llegar al área. Su primer gesto al suplantar al delantero Riley McGree fue advertir (marcando con los dedos cómo defenderían) a los centrales Harry Souttar y Kye Rowles del nuevo plan.

El marcador no se alteró y Australia selló la clasificación. La picardía dio resultado otra vez. El hecho hizo recordar al repechaje entre australianos y peruanos, donde el arquero Andrew Redmayne vio las indicaciones que tenía su colega de Perú junto a una botella de agua al lado de la red y las lanzó lejos de su alcance en plena definición por penales. Finalmente, Australia eliminó a Perú por esa vía.

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