Todo por ella

El mal momento de un ídolo brasileño: ganó todo y ahora no puede soltar la botella

Fue el delantero más pretendido por los clubes europeos. Hoy en día vive en una favela y reconoce que tiene problemas con el alcohol.

Adriano Leite Ribeiro, recordado por su paso en la Selección de Brasil, el Inter de Milán y Flamengo, entre otros, volvió a ocupar titulares tras una reveladora entrevista con The Players Tribune. El exfutbolista, quien decidió retirarse tempranamente del deporte, habló desde Vila Cruzeiro, la favela donde nació y a la que regresó tras su carrera, confesando abiertamente sus batallas internas y su búsqueda de paz en un lugar lejos del brillo del fútbol profesional.

En una carta publicada en el sitio web, Adriano admitió su adicción al alcohol y compartió que sigue sin superar la muerte de su padre, una pérdida que lo marcó profundamente. "Estoy obsesionado con desperdiciar mi vida", confesó el exjugador, expresando que esta autopercepción le trae cierto alivio. "Sé lo que se siente ser una promesa, una promesa incumplida... Estoy bien así, en un desperdicio frenético", añadió.

Desmintiendo rumores sobre consumo de drogas y vida delictiva, Adriano aseguró que su única adicción es el alcohol: "No consumo drogas, como creen. No soy un criminal. Bebo cada dos días, y los otros días también, porque no es fácil ser una promesa que no se concretó".

En la carta, también reflexionó sobre el apodo de "Emperador", con el que fue conocido en Europa, y su contraste con su vida en la favela. "¿Cómo se explica? No lo entendí nunca", dijo sobre el título que llevó mientras jugaba en el Inter de Milán. En Vila Cruzeiro, Adriano dice haber reencontrado su verdadera esencia, rodeado de amigos y familiares, caminando descalzo, recordando sus días de infancia, jugando dominó y escuchando música.

Sobre su conexión con Vila Cruzeiro, Adriano expresó: "Aquí camino descalzo y sin camiseta, en pantaloneta. Sólo quiero estar en paz y recordar mi esencia".

La carta concluye con un recuerdo que aún lo atormenta: la muerte de su padre. "Veo a mi padre en cada uno de estos callejones. Por eso sigo volviendo aquí. Aquí está mi historia. Vila Cruzeiro no es el mejor lugar del mundo. Vila Cruzeiro es mi lugar", sentenció.

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