Croissants para principiántes: fáciles y con pocos ingredientes
Descubre cómo hacer paso a paso unos exquisitos croissants, ideales para disfrutar en cualquier momento del día.
Los croissants frescos, una joya de la repostería francesa, son reconocidos por su exquisito sabor y su textura crujiente. Su característica forma de media luna, su fragancia a mantequilla y su masa laminada y hojaldrada los posicionan como una elección predilecta para el desayuno, brunch o merienda.
La historia de este manjar se remonta al siglo XVII en Austria, pero fue en Francia donde adquirió fama y se consagró como un emblema gastronómico. Hoy en día, los croissants son un tesoro que se encuentra en panaderías y cafeterías alrededor del globo. Aunque elaborarlos desde cero puede parecer desafiante, con esta receta y un poco de paciencia, es posible recrear en casa estas delicias.
Esta receta te guiará paso a paso en la creación de croissants recién salidos del horno utilizando ingredientes comunes que se pueden encontrar en cualquier supermercado. El resultado final será una opción auténtica y deliciosa para deleitar en casa, perfecta para acompañar con una taza de café o té caliente.
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Los ingredientes necesarios
- 2 1/4 tazas de harina de trigo.
- 1/4 taza de azúcar blanca.
- 1/4 taza de azúcar morena.
- 1 cucharadita de sal.
- 2 1/4 cucharaditas de levadura seca.
- 3/4 taza de agua tibia.
- 1 taza de mantequilla sin sal.
- 1 huevo batido.
- Harina extra para espolvorear.
El paso a paso para unos deliciosos croissants
- En un recipiente amplio, combina la harina, el azúcar blanco y moreno, la sal y la levadura seca. Agrega el agua tibia y mezcla hasta obtener una masa homogénea.
- Amasa la masa sobre una superficie enharinada hasta lograr una textura suave y elástica. Forma una bola con la masa y envuélvela en papel film. Refrigera durante al menos 30 minutos.
- Mientras tanto, prepara la mantequilla. Colócala entre dos hojas de papel para hornear y aplánala con un rodillo hasta alcanzar un grosor de aproximadamente 0,5 cm.
- Retira la masa del refrigerador y extiéndela sobre una superficie enharinada hasta obtener un grosor de 0,5 cm. Coloca la mantequilla en el centro de la masa y dobla los bordes sobre ella, asegurándote de que quede completamente envuelta.
- Estira suavemente la masa con un rodillo hasta formar un rectángulo con un grosor de 0,5 cm. Dóblala en tercios, como si fuera un sobre, y refrigera durante 30 minutos.
- Repite los pasos 4 y 5 dos veces más, asegurándote de refrigerar la masa durante 30 minutos entre cada pliegue.
- Después del tercer pliegue, refrigera la masa durante al menos 1 hora.
- Precalienta el horno a 200°C.
- Retira la masa del refrigerador y extiéndela suavemente hasta alcanzar un grosor de 0,5 cm. Corta la masa en triángulos y enrolla cada triángulo desde la base hasta la punta para formar un croissant.
- Coloca los croissants en una bandeja para hornear forrada con papel para hornear y deja que fermenten durante 30 minutos. Pinta los croissants con huevo batido y hornea durante 12 a 15 minutos o hasta que estén dorados y crujientes. Retira los croissants del horno y déjalos enfriar sobre una rejilla.
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