"Llegué a venderme para darles de comer a mis hijos", el dolor de Yolanda Vargas

La sociedad la criminalizó y la Justicia le dio la espalda. Imposible no llorar con el relato de Yolanda Vargas, la joven madre de Colonia Santa Rosa que perdió a sus hijos después de que se le incendiara la casa. La mujer no estuvo presente cuando se originó la desgracia razón por la cuál quedó imputada como responsable de la muerte de sus hijos de 4 y 6 años.

Yolanda llegó hasta Emiliano Te Escucha para desahogarse. De lo mucho que lloró ya no le quedan lágrimas. Con todo el dolor que carga en el pecho contó lo que pasó el mediodía del 9 de febrero mientras se iba a comprar para cocinarles a sus hijos.

"Quedaron acostados mis hijos y les dije que se queden quietos porque debía hacer las compras para cocinar. Cuando estaba regresando del centro me llaman para decirme que mi casa se estaba quemando. No podía creer lo que estaba pasando. Cuando llegué pude ver que mi casa se incendiaba con mis hijos adentro. Habían policías por todos lados. Pese a que intenté salvarlos ellos no me lo permitieron. Los insulte, me golpearon, me tiraron al barro, hicieron todo para que no ingresara", empezó diciendo la mujer de 26 años. 

Su casa ardía en llamas y Yolanda no podía hacer nada. Ante la desgracia sufrió un ataque de crisis por lo que tuvieron que internarla de inmediato. Sorpresivamente a las seis de a tarde los policías le informaron que iban a detenerla por "mala madre" ya que "era su culpa de que se mueran los chiquitos".

"Yo había perdido todo. Lo que esperaba de la Justicia es que me permitan estar en el velorio. Yo siempre me hice cargo de los chiquitos, su padre nunca me ayudó. Al otro día me llevan a Orán detenida. Insistí tanto para que me traigan al velorio o al entierro por lo menos que accedieron, pero me dieron una pastilla para que no me altere (nunca le dijeron que era lo que estaba tomando). No me permitieron ni siquiera tocar el cajón de mi hijo. Me dijeron que no quería a mis hijos, que estaban todos crotos, con piojos, desnutridos, por eso no quería que nadie se me acercara", agregó.

"Estuve 25 días encerrada. Ninguna persona de la municipalidad se acercó a brindarme una ayuda. Me habrán tachado de mala madre pero no saben lo que llegué hacer por mis hijos. Llegué a venderme para darles de comer. Nunca tuve una fiesta de cumpleaños, pero a ellos se la realizaba. Los llevaba al médico y soñaba con poder acompañarlos a la escuela", finalizó.