Se puso a enterrar la pelopincho y descubrió algo tremendo

En medio de una temporada de verano marcada por la escasez económica y las limitadas opciones recreativas, un joven de Salta decidió tomar las riendas de su propia diversión y desafiar las restricciones convencionales. Armado solo con creatividad e imaginación, llevó a cabo un proyecto que ha sorprendido a todos.

La pregunta que se hizo fue: "¿Qué pasaría si entierro la pelopincho?" Con esa idea en mente, se puso manos a la obra. En su jardín, comenzó a cavar un espacio con la esperanza de transformarlo en su propia piscina. "Me levanté re loco y me puse a cavar", relató el joven, mientras detallaba el proceso que involucró la creación de un círculo perfectamente excavado.

Para asegurar la durabilidad de su improvisada piscina, utilizó tergopol y nylon, material que selló con piedras y pequeños plantines alrededor, transformando el espacio en un oasis fresco. "Quedó joya. Le saqué la tierra de los costados, unas piedritas de adorno, y bueno, quedó una locura", contó con entusiasmo.

Este ingenioso proyecto refleja no solo el ingenio del joven, sino también el deseo de transformar los desafíos en oportunidades para la diversión en tiempos difíciles. La creación de su propia piscina no solo le permitió disfrutar del verano, sino que también se ha convertido en un punto de atracción en su vecindario.