Vende repasadores en pleno centro salteño para mantener a sus hijas: "Ayudenme"

En una conmovedora entrevista para Que Pasa Salta, un padre salteño reveló las dificultades que enfrenta día a día para mantener a sus dos hijas menores, luego de separarse y enfrentar un embargo que limita aún más su capacidad económica.

"Me compro dos docenas de repasadores y ando todo el día, hasta venderlo todo", confesó el hombre, quien se dedica a la venta ambulante para subsistir. Su rutina implica trabajar incansablemente para poder cubrir las necesidades básicas de sus hijas y pagar las deudas pendientes.

Con profunda sinceridad, el entrevistado compartió las dificultades adicionales que enfrenta debido a su situación física: "El otro día se me rompió la silla (de ruedas) y no pude salir a trabajar. Y si yo no salgo a trabajar, no puedo pagar las cuentas que debo, y no como tampoco". 

Además, relató cómo la desconfianza de algunas personas hacia su discapacidad dificulta aún más su labor: "Salir a trabajar con bastón no es lo mismo, la gente desconfía, piensa que uno se hace el discapacitado, el rengo, por eso lo hago si o si con mi silla de ruedas".

El hombre ofrece los repasadores a un precio accesible de $1000 cada uno o 2x$1500, destacando su calidad y utilidad para evitar el uso de servilletas de papel. Sin embargo, su labor se ve obstaculizada por problemas de movilidad y transporte público poco accesible: "A veces tengo problemas con el colectivo porque tengo que esperar el de 3 puertas, otras veces me manejaba en remis, pero ahora está caro".

A pesar de los obstáculos, el padre salteño muestra una determinación admirable para salir adelante y garantizar el bienestar de sus hijas. Su historia refleja la lucha diaria de muchos argentinos que, a pesar de las adversidades, perseveran con valentía y dignidad en busca de un futuro mejor para sus seres queridos.

Para quienes deseen apoyar a este padre salteño y contribuir a aliviar su carga, pueden encontrarlo vendiendo repasadores en la esquina de Belgrano y Mitre, sobre la vereda afuera de la confitería que se encuentra detrás de la Catedral Basílica de Salta.