Desde el Convento niegan el allanamiento y sigue el escándalo: "Apagan el timbre"

El abogado de la madre priora del Convento San Bernardo, José Viola, negó que dos monjas de la congregación Carmelitas Descalzas hayan estado privadas de su libertad y también desmintió que se haya realizado un allanamiento en el convento ubicado sobre calle Caseros y Santa Fe.

"No hubo jamás un allanamiento. Lo que hizo (Ramiro) Ramos Osorio- fiscal penal N° 2- es solicitar que una persona se comisione y vea si realmente había una persona que quería salir o no", indicó Viola para justificar que las carmelitas no hayan abierto la puerta porque estaban dormidas.

"Como fueron a la 1.30, las carmelitas lo que hacen es apagar el timbre, porque ellas se levantan muy temprano. A mí me llama un amigo que pasa por ahí diciendo que había policías. Es cierto que habían llegado los Bomberos. Llegué, llamé por teléfono y yo mismo abrí la puerta", relató el letrado en diálgo con FM Aries. Y agregó: "No hubo jamás allanamiento, es una falsedad absoluta, y es una falsedad absoluta que haya una privación de la libertad".

Según la versión que dio a conocer Viola, la propia religiosa dejó constancia escrita respecto a que esperaría la autorización para retirarse del convento. Asimismo, aseguró que mantuvo contacto con su familia. "La denuncia existe, pero no solo es falsa, sino que es absurda", destacó.

A su vez, Viola apuntó contra el abogado del Arzobispado, Eduardo Romani, y señaló que "esto que hace el doctor en la prensa es parte de la estrategia defensiva de monseñor Cargnello". Remarcó que ni él ni ninguno de los acusados, Lucio Ajalla, Martín de Elizalde y el vicario judicial, Loyola Pinto, ofrecieron pruebas de su inocencia y advirtió que "la violencia es inexorable", a partir del informe emitido por la Oficina de Violencia de Género.

Por último, el abogado de la madre priora negó conocer la existencia de una solicitud de intervención del Vaticano. Además, afirmó que la recomendación de la Santa Sede sobre el apartamiento de la Fundación del convento fue contestada por la superiora, en tanto que la presencia de un asistente canónico fue suspendida.