Las enfermedades que podrían aparecer cuando baje el agua del río Pilcomayo

La crecida del río Pilcomayo en Santa Victoria Este ha generado una situación sanitaria crítica, poniendo en alerta a las autoridades de Salud de la provincia. Francisco García Campos, director General de Coordinación Epidemiológica, advirtió sobre el riesgo de brotes de enfermedades hídricas y vectoriales, y destacó la importancia de reforzar la vigilancia epidemiológica en la zona para prevenir su propagación.

Entre las enfermedades que podrían despertarse tras la inundación, García Campos mencionó la diarrea y la hepatitis A como las principales preocupaciones. "En Santa Victoria ya se habían registrado casos de hepatitis A antes del desborde, y aunque se realizaron bloqueos con la vacuna anti-hepatitis A, el agua contaminada puede ser un factor de transmisión", explicó en diálogo con Radio Salta. El funcionario subrayó la necesidad de garantizar el acceso a agua potable y potabilizar el recurso para evitar contagios.

Otra enfermedad que preocupa es la leptospirosis, transmitida a través del contacto con agua contaminada por la orina de animales. "Los animales eliminan leptospiras, y si una persona camina descalza o tiene heridas en la piel, el patógeno puede ingresar al organismo", detalló García Campos. Recordó que el último brote de leptospirosis vinculado a una inundación ocurrió en 2008 en Rivadavia Banda Sur.

Además, el funcionario alertó sobre el posible rebrote de dengue debido a la acumulación de agua estancada, que favorece la reproducción del mosquito Aedes aegypti, vector de la enfermedad. "Con la presencia de agua en recipientes y la humedad ambiental, el ciclo del mosquito se completa y podrían aparecer nuevos casos de dengue", advirtió.

Para hacer frente a esta compleja situación, el Ministerio de Salud ha implementado un sistema de vigilancia epidemiológica intensificado en el hospital de campaña instalado en la zona. "Este puesto de vigilancia nos permite monitorear en tiempo real la aparición de síntomas y enfermedades que requieran una respuesta sanitaria inmediata", explicó García Campos.

El funcionario enfatizó la importancia de mantener un monitoreo constante y de que los equipos de salud estén preparados para distintas eventualidades. "Estamos en un escenario muy complejo y debemos tener todas las antenas abiertas. Las lecciones aprendidas de inundaciones anteriores nos ayudarán a afrontar esta crisis con mayor eficiencia", concluyó.

La situación en Santa Victoria Este requiere atención urgente y medidas preventivas para evitar que las condiciones generadas por la inundación deriven en un brote de enfermedades que pongan en riesgo la salud de la comunidad.