La verdadera historia del río milagroso del Señor de Sumalao: "Cura de todo"
Como todos los años, miles de personas llegan hasta La Merced para estar presente en la celebración.
Miles de peregrinos se congregan cada año en La Merced para venerar al Señor de Sumalao, un santo que ha brindado ayuda a cientos de personas a lo largo de los años. Lo que sorprende a todos los visitantes es el río que rodea el santuario, un caudal que, a pesar de las bajas temperaturas, muchos no dudan en ingresar, considerándolo "agua bendita" a la que se le atribuyen innumerables milagros.
La historia de la veneración al Señor de Sumalao se remonta al siglo XVIII. Se cuenta que el comerciante Gabriel Torres y Gaeta, al regresar del Perú, traía consigo una copia (pintura) del "Señor de Vilque" para la capilla de la hacienda "Pucará" en La Rioja (o San Juan, según otras versiones). Cuando la recua de cargueros llegó al paraje de Sumalao, una de las mulas que transportaba el lienzo del "Señor" se negó a continuar el viaje, obstinadamente regresando al lugar tras cada intento por reanudarlo.
Ante la insistencia del animal, Torres y Gaeta interpretaron este comportamiento como un deseo del "Señor de Vilque" de permanecer en ese "lugar lindo" (sumac) y decidió dejar el lienzo allí para su veneración por parte de los lugareños. Así se construyó una capilla precaria que, con el tiempo, dio lugar al actual santuario, donde el "Señor de Vilque" se convirtió en el "Señor de Sumalao".
La creencia en el poder milagroso del agua del río que rodea el santuario se ha arraigado profundamente entre los devotos. Muchos no dudan en sumergirse en sus frías aguas, considerándolas "agua bendita" capaz de sanar enfermedades y conceder favores.
La historia del Señor de Sumalao y el milagroso río que lo rodea se ha convertido en un símbolo de fe y esperanza para miles de personas que cada año llegan a La Merced en busca de sanación y bendición.
Y...EL AGUA HACE BIEN.
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entonces para que existe la medicina, los médicos, los medicamentos, etc etc ???. Haberlo dicho antes: nos metemos al río y listo el poyo
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