Miedo y desesperación de una familia salteña en la Triple Frontera: casi no la cuentan

 Una familia salteña vivió momentos de angustia y desesperación en la Triple Frontera, luego de un confuso incidente en el control. Lo que prometía ser un viaje de vacaciones en familia se convirtió en una experiencia traumática que los marcará por siempre.

El grupo familiar, compuesto por varios parientes, entre primos, tíos y otros familiares, había decidido visitar la Triple Frontera tras disfrutar de unos días de descanso en Misiones y aprovechar para realizar compras en Ciudad del Este. Sin embargo, lo que no esperaban era verse envueltos en una situación tan dramática.

Según contaron en conversación con Qué Pasa Salta, durante las compras, adquirieron una gran cantidad de artículos, incluyendo teléfonos celulares y perfumes, destinados a ser compartidos entre todos miembros de la familia (alrededor de 20 personas) y llevados de regreso a cada uno de las casas de los grupos familiares. Sin embargo, desconocían las restricciones aduaneras y asumieron que entre pocas personas podrían llevar todos los artículos sin problemas.

Cuando llegó el momento de pasar por el control aduanero en la salida, la mayoría de la familia, sobre todo los que no llevaban bolsas, lograron pasar sin inconvenientes. Sin embargo, tres miembros de la familia, quienes se habían ofrecido a llevar los artículos del resto debido al peso y a que ya estaban cansados, fueron detenidos y acusados de contrabando por la gran cantidad de cosas que llevaban consigo.

Una de las primas llevaba todos los celulares en una sola bolsa, pensando que ayudaría con la carga, mientras que su madre llevaba una bolsa con todos los perfumes. La situación se complicó cuando intentaron explicar que los artículos eran para toda la familia, pero las autoridades no creyeron su versión y los amenazaron con meterlos presos por dos días.

El padre de la familia, quien se encontraba en la misma situación, intentó explicar en repetidas ocasiones que la mayoría de los artículos no eran suyos, sino que pertenecían a otros miembros de la familia que ya habían pasado el control.

Finalmente, después de momentos de desesperación, otro oficial llegó al lugar y escuchó la versión de la familia, permitiéndoles irse.

Aunque fueron liberados, tuvieron que declarar los artículos y pagar impuestos por el excedente por persona, a pesar de que en realidad no había tal excedente, ya que eran artículos destinados a ser compartidos entre toda la familia.

"Fue espantoso. Pensé que no volvería a ver a mis dos hijas que sí pudieron pasar. Soy un hombre trabajador, volvía de vacaciones con mi familia y pensamos que sería lindo comprar algunos regalos y cosas, ya que estaba más barato ahí que en Argentina. Nunca pensé que viviría una situación tan horrible", expresó el hombre afectado por la situación a Qué Pasa Salta.