La nueva droga que ataca a la juventud, se estaría vendiendo en farmacias sin ningún control

La era de las drogas ilegales y la respectiva guerra contra el narcotráfico han dejado innumerables víctimas. En la actualidad, el consumo de nuevas sustancias, que deberían ser controladas, cobra popularidad entre los jóvenes en el total desconocimiento de los efectos adversos que esta pueda producir y ya comienza a aportar las propias.

Del otro lado, los nuevos "dealers" serían las farmacias, que en sus ansias de percibir ganancias, comercializan las llamadas "nuevas drogas" aun cuando los envases y prospectos exijan la "venta bajo receta".

Para desarrollar la problemática es menester conocer cuáles son estos productos que ya circulan por nuestra provincia. Desde pastillas, capsulas y hasta jarabes para la tos, incluyen peligrosos componentes, en la mayoría de los casos, derivados o sintéticos de los opioides. Entre los opioides más conocidos, nos encontramos con la heroína y la morfina, pero la popularidad de la codeína todavía parece un misterio en nuestra región.

Mientras las clases de prevención dictadas a los jóvenes se concentran en las drogas ilegales, clasificadas dentro de la Ley de Estupefacientes 23.737, las calles, fiestas y hasta establecimientos educativos han sido el escenario de la aparición del "lean". Este nombre cobró relevancia en la década del 90 para los países nórdicos y ya se encuentra instalado en nuestra sociedad. El mismo consiste en la mezcla de este tipo de jarabes para la tos o antihistamínicos con bebida gaseosa.

En su mayoría, los jarabes contienen codeína, que como ya lo dijimos se encuentra en la familia de los opioides. En Salta, la venta de otro producto suma a la lista una nueva sustancia: la difenhidramina.

El clorhidrato de difenhidramina es un antihistamínico. Los antihistamínicos se usan por muchas razones, por ejemplo para tratar y prevenir reacciones alérgicas. Suele ser recetada como un medicamento anticolinérgico con efectos antimuscarínicos, descubierto como alternativa sintética de la escopolamina. Esta última, resulta ser un alcaloide que en dosis muy bajas se utiliza como fármaco pero, dosis mayores pueden causar delirio o psicosis, y dosis progresivamente más altas causan estupor y finalmente, la muerte por parálisis de la musculatura lisa. 

Especialistas aseguran que (escopolamina) su dosis letal media es de 2 a 4 mg. en humanos.

En tanto, el exceso de codeína puede deprimir el sistema nervioso central y el sistema respiratorio, deteniendo el funcionamiento del corazón y de los pulmones.

Es innegable que el mal uso de medicamentos que se venden en farmacias traigan consigo severas consecuencias para la salud, más si el propio envase de estos jarabes en cuestión asegura: "Este medicamento debe ser usado exclusivamente bajo prescripción y vigilancia médica y no puede repetirse sin nueva receta médica".

Lo cierto, es que a escondidas de los padres, los jóvenes desprevenidos se introducen en estas nuevas modas y las farmacias parecen no mirar los prospectos ni mucho menos las recomendaciones de los fabricantes a la hora de vender e incrementar sus ingresos.

Mientras en Salta, el Colegio de Farmacéuticos desconoce la situación, la FDA de Estados Unidos (Administración de Alimentos y Medicamentos, por sus siglas en inglés), emitió un comunicado advirtiendo sobre los graves problemas que acarrea el consumo de estos.

"Dosis más altas de las recomendadas del medicamento común para las alergias que se vende sin receta, llamado difenhidramina (Benadryl), pueden ocasionar graves problemas cardíacos, convulsiones, coma e incluso la muerte", reza el comunicado de la FDA emitido en septiembre de 2020 como respuesta a un reto de Tik Tok que dejó decenas de intoxicados con esta sustancia llamado: Desafío Benadryl.

No menos preocupante, resulta toparnos con que este mal uso puede generar dependencia física y adicción.

Las reacciones por sobredosis pueden variar desde depresión hasta estimulación del Sistema Nervioso Central. Entre los efectos que se detallan, provocan predominantemente síntomas de sedación y adormecimiento. Con dosis mayores los síntomas principales son psicosis con alucinaciones, excitación, taquicardia e hipertensión.

Es de vital importancia que las autoridades nacionales como provinciales tomen cartas en el asunto y se ejerza un control minucioso, como así también las sanciones que correspondan, sobre farmacéuticas y vendedores de medicamentos para evitar mayores complicaciones.

En Estados Unidos, el descontrol sobre la venta de estos productos y la posterior restricción dejó un saldo innumerable de adictos que al no tener acceso a los medicamentos se volcaron a la heroína.