Muestra de fe

Cientos de milagros: la historia poco conocida de la Virgen del Cerro

María Livia, una vecina del B° Tres Cerritos, manifestó haberla visto y desde ahí empezó una devoción que trasciende fronteras. Hay fieles de México, Uruguay, Brasil y Paraguay.

Cada año, miles de peregrinos de diversas partes del país y países vecinos se dan cita en el cerro que rodea la ciudad de Salta para venerar a la Virgen del Cerro, uno de los templos más importantes de Argentina. Esta devoción tiene su origen en una conmovedora historia de fe y milagros que comenzó en 1990, cuando María Livia, una ama de casa de vida sencilla, fue elegida para ser testigo de la aparición de la Virgen María.

Según relata María Livia, un día, mientras realizaba sus quehaceres cotidianos, escuchó una voz celestial que le hablaba desde lo más profundo de su ser. La experiencia, tan radiante y sobrenatural, marcó un punto de inflexión en su vida, transformando su corazón y generando un profundo deseo de compartir con los demás lo que estaba viviendo. Aunque al principio solo lo compartió con su familia más cercana, pronto supo que algo trascendental se estaba gestando.

Fue en 1990 cuando la Virgen se le apareció a María Livia, transmitiéndole un mensaje divino. A partir de ese momento, comenzó a recibir un sinfín de visitas de fieles que buscaban consejo y consuelo. En respuesta a la creciente demanda, se construyó un altar en el cerro, edificado con piedras y lajas del mismo lugar, gracias al esfuerzo voluntario de los mismos peregrinos, quienes sentían un profundo llamado a ayudar en esta obra.

El santuario, que alberga la capilla dedicada a la Inmaculada Madre del Divino Corazón de Jesús, fue formalmente entronizado el 8 de diciembre de 2001. Desde entonces, la Virgen del Cerro ha movilizado a miles de personas cada fin de semana, especialmente los sábados, cuando los fieles hacen largas caminatas para llegar a la ermita y expresar su devoción. Este santuario, en su apogeo previo a la pandemia, recibía hasta 10.000 peregrinos cada sábado.

Lo que hace única a esta peregrinación es el profundo misticismo que rodea la experiencia. Los fieles, al llegar, dejan rosarios como ofrendas, colgándolos en los árboles alrededor de la capilla. Cada rosario representa una historia de fe, un testimonio de esperanza, agradecimiento o sufrimiento. Los relatos de los peregrinos se colocan en buzones dispuestos a tal fin, y las misas, que comienzan con la oración del rosario a las 12 del mediodía, se convierten en momentos de profunda conexión espiritual.

Uno de los momentos más conmovedores es la imposición de manos por parte de María Livia, donde muchos de los fieles caen al suelo, aparentemente en un estado de éxtasis espiritual, sintiendo una conexión inquebrantable con la Virgen. Es un testimonio tangible de la fe que los ha unido a lo largo de los años, y que sigue convocando a más personas cada año.

El santuario ha sido acondicionado para recibir a los miles de peregrinos que llegan, ofreciendo estacionamiento, senderos de acceso, atención médica y seguridad. Hoy, la Virgen del Cerro es un símbolo de esperanza y fe para todos los salteños y visitantes que, año tras año, siguen el llamado de la Madre, en una de las fiestas católicas más grandes y convocantes de la provincia, solo después de la fiesta del Señor y Virgen del Milagro.

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Comentarios

  • Mamerto

    Factura lindo la familia Obeid,..livia a la cabeza.

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  • Javier

    currito para los descendientes de alemanes esos que siempre estan ahi? los salteños somo opas

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  • Jejeje

    Lindo curro invento la vieja!!! Y encima privatizó un sector publico!!! Viveza criolla

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  • PAÑUELO CELESTE

    excelentisimo curro

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