Familia salteña necesita ayuda para recibir a más de 10 mil peregrinos

Como cada año desde 1994, una familia de Cobos se prepara para abrir su hogar y su corazón a los peregrinos que, con fe y esperanza, recorren kilómetros para encontrarse con las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro en la Catedral Basílica de Salta. 

Esta humilde casa, pequeña pero de corazón grande, se ha convertido en un punto de descanso para miles de personas que llegan desde distintos puntos del norte argentino, peregrinando por sus familias, por sus enfermos o por aquellos que ya no pueden caminar.

"Hace mucho tiempo que recibimos a los peregrinos, creo que desde el '94. Cada año son más, muchísimos más. Empezamos recibiendo a unas pocas familias, pero ahora ya no sabemos ni cuántos son. Este año esperamos alrededor de 10.000 peregrinos", relata emocionada la anfitriona. 

El día 12 de septiembre, los peregrinos, agotados tras su larga travesía, encuentran en esta casa una comida caliente, un mate con bollos al atardecer y, sobre todo, una bienvenida cálida que los reconforta antes de seguir su camino hacia la Catedral. Sin embargo, este año la familia necesita ayuda para poder continuar con esta tradición. "Estamos haciendo todo lo posible, pero necesitamos donaciones de arroz, fideos, y también baños químicos para los peregrinos que llegan desde Tucumán, Rosario de la Frontera, Metán y Salvador Mazza", explica.

Lo que más conmueve es el espíritu de esta familia, que a pesar de las dificultades, continúa abriendo sus puertas. "A mí me pone contenta, y supongo que a ellos también, se van felices con lo que les damos", comenta la anfitriona con una sonrisa, reflejando el amor y la generosidad que ha hecho de su hogar un refugio para miles de almas peregrinas.

Este año, más que nunca, necesitan el apoyo de los salteños para seguir brindando este gesto de hospitalidad. Cualquier donación, por pequeña que sea, ayudará a que los peregrinos puedan recibir un plato de comida y el abrigo del cariño en su trayecto de fe.