Encontraron muerto a un tatuador salteño: apuntan contra la novia
Cristian Barraza perdió la vida el pasado 14 de junio. Su madre, Mónica Barraza, sigue recorriendo las puertas de la Ciudad Judicial de Tartagal
Tartagal lleva ocho meses cargando una herida abierta. El 14 de junio del 2024, la vida de Cristian Barraza, un joven tatuador conocido por su talento y su sonrisa, se apagó de manera trágica. Su muerte, inicialmente atribuida a un suicidio, pronto se tiñó de sospechas cuando la autopsia reveló signos de violencia: golpes, heridas y hasta cabellos entre sus dedos, indicios de una posible lucha. Hoy, su madre, Mónica Barraza, sigue recorriendo las puertas de la Ciudad Judicial de Tartagal, semana tras semana, exigiendo respuestas que no llegan.
El caso de Cristian es un laberinto de versiones contradictorias y silencios incómodos. En un principio, se habló de una fractura de base de cráneo como causa de muerte. Luego, el informe cambió: una cardiopatía congénita habría sido el desencadenante. Mónica, con voz firme pero quebrada por el dolor, recuerda cómo la forense ni siquiera se acercó al lugar donde encontraron el cuerpo de su hijo. "No sé por qué cambian el informe", reclama, mientras sostiene en sus manos las fotos de Cristian, un joven de 27 años que soñaba con dejar su huella en el mundo a través de su arte.
Pero las dudas no se detienen ahí. La pareja de Cristian, quien fue señalada como sospechosa por la familia, aseguró que el joven se había quitado la vida debido a problemas económicos. "Ella vino a mi casa al día siguiente y me dijo que Cristian se había suicidado por deudas", relata Mónica al colega Luis Mena. Sin embargo, hasta hoy, nadie ha aparecido reclamando dinero alguno. "Cuando mi hija le preguntó de qué deudas hablaba, no supo explicar", agrega, mientras sus ojos reflejan una mezcla de rabia y desesperación.
A nueve meses de la muerte de Cristian, la familia Barraza sigue esperando justicia. No hay detenidos, no hay respuestas claras, solo el eco de una madre que no se rinde. "Ya son nueve meses, y todavía no sabemos qué pasó con mi hijo. No sabemos quiénes son los asesinos", dice Mónica, mientras camina por los pasillos de la Ciudad Judicial, un lugar que ya le resulta demasiado familiar.
Cada semana, Mónica llega con la misma pregunta: "¿Quién causó tanto dolor?". Su lucha no es solo por Cristian, sino por toda una familia que clama por verdad y justicia. "Es una familia completa la que espera", repite, mientras sostiene un cartel con la foto de su hijo. En él, Cristian sonríe, como si supiera que su madre no descansará hasta encontrar las respuestas que merece.
Cuando No quieren investigar, todo se disuelve en el tiempo
INEFICIENCIA
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MEDICA FORENSE, FISCALES Y JUECES EN SOSPECHA, ALGO OCULTAN ESTOS HDMP!! TODO SUCIO Y LA MINITA NOVIA NO CUENTA TODO, ALGO TURBIO QUE NO SE CUENTA!! LA MAFIA DEL NORTE SIGUE AHIII!!!!
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La milena acida acida seguro
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