Las calles se llenaron de gente y todos lloraron: a 37 años de la llegada del Papa a Salta

Hace exactamente 37 años, un acontecimiento trascendental marcó la historia de Salta y dejó una huella imborrable en el corazón de sus habitantes: la visita del papa Juan Pablo II a nuestra provincia. 

Fue un 8 de abril de 1987 cuando el Sumo Pontífice, hoy santo, rezó frente a las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro en la majestuosa Catedral de Salta.

Aunque su estadía en la provincia fue breve, apenas poco más de 12 horas, el recuerdo de aquel día perdura en la memoria colectiva de todos los salteños. 

Los preparativos para su visita comenzaron mucho antes, en enero de 1986, cuando el gobernador de Salta, Roberto Romero, realizó una visita al Vaticano. En ese encuentro, solicitaron una audiencia con Juan Pablo II y le pidieron, en nombre del pueblo católico de Salta, que incluyera nuestra provincia en su próximo viaje a Argentina, programado para abril de 1987.

Posteriormente, se organizó una peregrinación de salteños al Vaticano con el objetivo de reforzar el compromiso papal. El 8 de octubre de 1986, 300 peregrinos partieron desde el aeropuerto El Aybal (hoy Martín Miguel de Güemes) hacia Roma, encabezados por el entonces arzobispo de Salta, monseñor Moisés Julio Blanchoud.

El 15 de octubre, los salteños fueron recibidos en el Vaticano en una audiencia pública por Juan Pablo II, a quien entregaron un álbum con medio millón de firmas, solicitando su visita a Salta en abril de 1987.

La confirmación de la visita papal llegó poco después, y Salta se preparó para recibir al Papa polaco, que, con su presencia, escribiría una página dorada en la historia de la ciudad. Sería la primera vez que un Papa rezaría ante las sagradas imágenes del Señor y la Virgen del Milagro, un momento histórico que quedaría grabado en la memoria de todos los salteños y en la historia religiosa de la provincia.

A 37 años de aquel día inolvidable, recordamos con emoción y gratitud la visita del papa Juan Pablo II, cuyo legado de amor, paz y esperanza sigue inspirando a nuestra comunidad.

El recorrido del Papa en Salta

Corrían las 7 de la tarde del miércoles 8 de abril de 1987, cuando los salteños divisaron en el cielo el avión que trasladaba al Papa Juan Pablo II directamente desde Roma al aeropuerto Internacional Martín Miguel de Güemes, de la ciudad de Salta.

Más de 500.000 personas provenientes de Salta, provincias vecinas y países como Bolivia, Chile y Paraguay se congregaron en el Hipódromo de Limache para recibir al Santo Padre. Juan Pablo II presidió una emotiva celebración donde destacó los 500 años de la Evangelización en América Latina, transmitiendo un mensaje de fe y esperanza a todos los presentes. En el hipódromo de Limache recibió un poncho tradicional y habló sobre "el V Centenario de la evangelización de América Latina": lo oyeron 1500 representantes de comunidades de pueblos originarios.

Muchos salteños recuerdan su paso por Salta, desde su bajada del Aeropuerto, pasando por distintas avenidas de Salta, donde la Avenida Chile también se llenó de gente y miles de personas del interior se apostaron por allí. 

Tras la celebración, el Papa compartió una cena en el Arzobispado junto a la catedral, desde donde saludó a miles de personas congregadas en Plaza 9 de Julio. Al día siguiente, Juan Pablo II rezó ante las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro, dedicando un momento especial a los sacerdotes, religiosas y seminaristas presentes en la Catedral.

Su paso por las calles de Salta a bordo del papamóvil quedó grabado en la memoria de todos los presentes. "La visita del Papa fue y es un orgullo para los salteños. Nadie olvida lo que hizo esos 2 días, cómo nos preparamos y cómo lo recibimos. Verlo rezar ante el Señor y la Virgen fue impactante. Nos pidió a todos que fuéramos evangelizadores activos y no meros espectadores", expresó un residente local.

Diez ciudades fueron visitadas por Juan Pablo II durante su estancia en Argentina. Además de Salta, Buenos Aires, Bahía Blanca, Viedma, Mendoza, Córdoba, Tucumán, Corrientes, Paraná y Rosario tuvieron a Juan Pablo II como invitado ilustre. Por eso, se estima que cerca de 4 millones de personas participaron de los eventos que comandó el Papa.