De mal en peor

Cruzó desde Salta a Bolivia con su hijo y no le pidieron nada

Este incidente plantea serias preguntas sobre la seguridad fronteriza.

Desde hace años, la frontera argentina se ha convertido en un verdadero colador, con miles de kilómetros de territorio en completo descontrol. Aunque existen algunos pasos fronterizos supervisados, gran parte del área es tierra de nadie. La justificación es que la economía de la región ha quedado adaptada al comercio ilegal.

Sin embargo, el problema es aún más grave, ya que gendarmería nacional a menudo hacen la vista gorda, permitiendo que el narcotráfico, el sicariato, el contrabando y la inseguridad en sus diversas formas, incluyendo el tráfico de personas, operen con total libertad.

En la frontera de Orán, en la provincia de Salta, con Bolivia, estos delitos transnacionales y de competencia se concentran en una franja territorial que clama por una mayor presencia de gendarmes. A pesar de que, hace unos meses, Patricia Bullrich recorrió la zona y se dio cuenta de la magnitud del caos, la situación apenas ha cambiado. Aunque se han desplegado más gendarmes, como pudo comprobar Telenoche, el control sigue siendo insuficiente.

Victoria Boedo, periodista y enfermera que reside en Orán, cerca de la frontera entre Aguas Blancas (Argentina) y Bermejo (Bolivia), está decidida a denunciar lo fácil que resulta sacar a un niño del país sin que ninguna autoridad registre el cruce. Boedo, madre de un niño de la misma edad que Loan, realizó un recorrido con Telenoche y demostró cómo pudo pasar a su hijo frente a los gendarmes sin que se le pidieran documentos.

Este incidente plantea serias preguntas sobre la seguridad fronteriza: ¿Qué ocurriría si alguien estuviera tratando de sacar a otros niños de la misma manera? La falta de medidas efectivas para controlar esta situación continúa siendo una preocupación urgente.

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