Crisis total en supermercados salteños: aseguran que varios podrían cerrar

Los supermercados salteños enfrentan una grave caída en el consumo, según datos recientes del INDEC, a pesar de un incremento nominal en la facturación del 164,7% en agosto de 2024 en comparación con el mismo mes del año anterior. 

Este aumento, sin embargo, queda muy por debajo de la inflación interanual del 227% en la región del NOA, dejando un desfasaje de 62,3 puntos porcentuales y evidenciando una disminución en las ventas reales.

En agosto, los 56 supermercados relevados en la provincia de Salta generaron una facturación total de $29.313.167, distribuidos en 1.287.085 transacciones, con un gasto promedio de $22.775 por operación. La realidad nacional también refleja este declive en el consumo, con una caída del 10,1% en las ventas de supermercados en comparación con agosto de 2023, y una disminución acumulada del 11,5% en lo que va del año, aunque mostrando un leve repunte del 0,2% en relación a julio de 2024.

Las estadísticas del INDEC revelan que los productos que más se encarecieron son las verduras y frutas, con un incremento del 255,4% interanual, seguidos por la panadería con un 253,3%, lácteos con 246,8%, y artículos de limpieza con 242,2%.

La tarjeta de crédito se posiciona como el medio de pago más utilizado en supermercados, representando un 46,2% de las ventas totales, con un incremento del 294,6% en comparación con el año anterior. Este dato resalta el peso creciente de la financiación en las compras, mientras que las transacciones en efectivo disminuyeron, representando solo el 17,4% de las ventas, aunque con un incremento de 102,3% frente a 2023.

El impacto también se observa en el rubro mayorista. Viviana Soria, dueña de un pequeño negocio, comentó a ElTribuno la dificultad de reponer mercadería y la falta de movimiento en las tiendas: "El consumo en los súper cayó más del 50%. Muchos negocios van a cerrar porque no circulan billetes y no hay venta".

Este escenario económico de creciente inflación y caída en el consumo plantea un panorama complejo, en el cual los esfuerzos de los consumidores por mantener sus compras básicas se enfrentan a precios que no dejan de escalar y una capacidad de compra que se desploma cada vez