De quién era el DNI que usó el hombre de Bolivia para hacerse atender en Salta

El caso de Javier Herrera Pérez, un ciudadano boliviano que utilizó un DNI ajeno para recibir atención médica en Salta y falleció en el hospital San Bernardo, sigue dando qué hablar. El documento en cuestión pertenece a un ciudadano argentino de la Comunidad Wichí de Santa María, en el departamento de Santa Victoria Este.

El fallecido, de 46 años y originario de Tarija, Bolivia, ingresó al hospital en estado grave a principios de agosto, tras ser diagnosticado con cáncer de páncreas. Acompañado por una mujer que se presentó como su pareja y que alegó ser de la misma comunidad Wichí, el hombre utilizó el DNI de Ramón L., un miembro de la comunidad indígena en el norte de Argentina, para acceder a la atención médica.

La mujer, que había alegado que el DNI era suyo, reveló posteriormente que el documento había sido prestado por un conocido de la comunidad Wichí. Esta confesión se produjo después de que el hospital notificara a las autoridades sobre el ingreso del paciente, como parte del protocolo para personas pertenecientes a comunidades indígenas.

El 13 de agosto, tras el fallecimiento del hombre, el personal del hospital utilizó el DNI ajeno para registrar el acta de defunción. Sin embargo, cuando se informó al cacique local sobre el fallecimiento de un supuesto miembro de su comunidad, este desmintió la conexión del fallecido con la Comunidad Wichí de Santa María. Posteriormente, la mujer admitió que el DNI era prestado y que su pareja, en realidad, no tenía documentos de identidad.

La utilización del DNI ajeno llevó a una investigación judicial por suplantación de identidad. La mujer, que inicialmente aceptó la oferta de alojamiento en un albergue del Instituto Provincial de Pueblos Indígenas de Salta (IPPIS), se retiró del lugar antes de presentar los documentos reales de su pareja y dejó de responder a las autoridades.

El caso toma gran importancia, especialmente tras la implementación en febrero de 2024 de tarifas a extranjeros para servicios médicos en hospitales públicos, lo que redujo significativamente la cantidad de pacientes atendidos. Se sospecha que el uso del DNI ajeno fue una táctica del hombre boliviano para evadir los costos.