El emotivo último adiós a Carlos Abán: el folclorista más querido de Salta
El velorio del músico salteño se convirtió en una emotiva peña, donde se honró la memoria del creador de la zamba carpera.
La partida de Carlos Abán, el creador de la zamba carpera, resonó en el corazón del folclore salteño, ya que fue uno de los folcloristas más queridos de Salta. Su velorio se transformó en una emotiva peña, donde la música y el baile fueron los grandes protagonistas.
El salón de la Cámara del Tabaco de Salta, en la delegación de Chicoana, se llenó de amigos, familiares y seguidores que quisieron darle el último adiós a la leyenda.
Luego de la misa de cuerpo presente, que se llevó a cabo por la mañana, el sonido de los bandoneones y las guitarras inundó el lugar, creando una atmósfera de celebración y recuerdo.
Cerca de las 14, el homenaje alcanzó su punto álgido. Bandoneonistas interpretaron las canciones más emblemáticas de Abán, mientras que parejas bailaban zambas y chacareras junto al féretro. Los giros y gritos característicos de la zamba carpera resonaron en el salón, recordando la alegría y la pasión que Abán transmitió a través de su música.
Pitín Zalazar, con la voz quebrada por la emoción, cantó en honor a su amigo. También dijo presente el Torito Antonio, el periodista Marcelo Hoyos, la exdiputada Gloria del Socorro Abán, el intendente Esteban Ivetich y el presidente del Concejo Deliberante de Chicoana, Emmanuel Ayón, entre otros, según informó ElTribuno.
La despedida de Carlos Abán fue un reflejo de su vida: llena de música, baile y pasión por el folclore salteño. Su legado perdurará en cada zamba carpera que se baile y en cada grito que se escuche en las carpas salteñas.
Carlos Abán abrió "La Cerrillana" en 1962, una de las carpas más emblemáticas de Salta, que funcionó hasta 2015. A él se le atribuye la creación del ritmo de la zamba carpera, junto con Horacio Aguirre. En una entrevista en 2019, dijo que buscaban darle mayor velocidad y alegría a la zamba tradicional, para que el hombre del norte, arisco y duro, pudiera disfrutarla con más intensidad. Así nacieron los característicos giros y gritos que hoy forman parte de la identidad cultural salteña.
Fue muy emotiva la despedida del folclorista más querido de Salta.
En 1963, se instaló en Buenos Aires, donde vivió por 40 años, hasta 2003. Allí conoció a Chela Jordán, quien fue su compañera y lo ayudó a abrir muchas puertas en su carrera musical. Sin embargo, nunca se estableció del todo en la capital, hasta que decidió regresar a su tierra natal, Chicoana, donde continuó compartiendo su música y legado.
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