Así está hoy Esteco, la ciudad salteña que dio origen al milagro y desapareció por un terremoto

A casi dos horas de la ciudad de Salta, entre Metán y Río Piedras, se encuentra el sitio donde una vez existió la próspera y rica ciudad de Esteco. Esta urbe, conocida por su gran riqueza y opulencia, también era tristemente famosa por la soberbia y avaricia de sus habitantes, quienes maltrataban a los pobres y esclavos, y vivían en la indiferencia hacia las necesidades ajenas.

La leyenda cuenta que un día, un misionero llegó a Esteco buscando redimir a sus habitantes. Cansado y con los pies lastimados, tocó puerta por puerta pidiendo comida y limosna, pero fue rechazado por las familias más adineradas de la ciudad. Finalmente, una mujer muy pobre sacrificó su única gallina para alimentar al misionero, quien, agradecido, le reveló una profecía: si los habitantes de la ciudad no se arrepentían de sus pecados, un castigo en forma de terremoto caería sobre ellos.

El 13 de septiembre de 1692, la profecía se cumplió. Un devastador terremoto destruyó completamente la ciudad de Esteco. Al mismo tiempo, en Salta Capital, el sismo sacudió la Catedral, haciendo que la imagen de la Inmaculada Concepción cayera al suelo. Milagrosamente, la figura no sufrió ningún daño y se encontró en actitud de oración, a los pies de Cristo, como implorando el fin de los temblores.

A pesar de la súplica, los terremotos continuaban, hasta que el padre José Carrión, de la Compañía de Jesús, recibió una revelación: los sismos solo cesarían si se sacaba en procesión la imagen de Cristo que había estado guardada durante cien años. Así nació la primera veneración al Señor y la Virgen del Milagro, una tradición que perdura hasta el día de hoy, con miles de fieles que cada año honran su protección y agradecen el cese de aquel devastador terremoto.