Polémico: los senadores podrían pasar a cobrar de 4,5 a 9 millones en enero
Esto vuelve a colocar al Senado en el ojo de la tormenta, generando un fuerte rechazo en la opinión pública.
Mientras aún resuena la polémica por la expulsión de Edgardo Kueider, el Senado de la Nación se enfrenta a un nuevo escándalo, esta vez relacionado con un posible incremento en las dietas de sus miembros.
De no prorrogarse la resolución 27/24, los ingresos de los senadores podrían duplicarse, pasando de $4.500.000 a más de $9.000.000 mensuales, debido a un mecanismo aprobado en abril que ajusta automáticamente sus dietas según las paritarias del personal legislativo.
En abril, una mayoría considerable de senadores votó sin debate y a mano alzada este proyecto, que vinculó sus dietas a los aumentos del personal del Congreso. Aunque fue suspendido temporalmente en agosto, el congelamiento vence el 31 de diciembre de 2024.
El senador Luis Juez (PRO, Córdoba), uno de los pocos que se opusieron a esta medida, calificó el sistema como "vergonzoso e inexplicable", declarando que no deberían recibir más aumentos bajo ese mecanismo.
Hasta el momento, bloques clave como el libertario, liderado por Ezequiel Atauche (Jujuy), y la UCR, encabezada por Eduardo Vischi (Corrientes), no han tomado medidas para prorrogar la resolución y evitar este polémico ajuste salarial.
La vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, intentó en la última sesión incluir el debate sobre el congelamiento de las dietas, sin éxito. Tras el rechazo, instó públicamente a los senadores a actuar con responsabilidad:
"Solicité que se tratara el congelamiento de las dietas porque, a partir del 1 de enero, se actualizan automáticamente. Entendiendo el esfuerzo de la población, debemos estar a la altura."
Villarruel busca evitar cargar con el costo político de una decisión tan impopular, especialmente tras los conflictos internos y los despidos en octubre.
Aunque la resolución vence el 31 de diciembre, los senadores tienen tiempo hasta mediados de enero para evitar el incremento, ya que los nuevos valores comenzarían a percibirse en febrero.
Este posible aumento, en un contexto de crisis económica y malestar social, podría volver a colocar al Senado en el ojo de la tormenta, generando un fuerte rechazo en la opinión pública.
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