Arde la interna por la presidencia del PJ: Cristina vs Kicillof

El reciente operativo clamor iniciado por la agrupación La Cámpora tiene como objetivo posicionar a Cristina Fernández de Kirchner como presidenta del Partido Justicialista (PJ). Este movimiento evidencia la ambición del kirchnerismo duro de reposicionarse en la principal fuerza política opositora ante la amenaza que representa el incipiente armado nacional del kicillofismo.

Eduardo "Wado" de Pedro, senador nacional por Unión por la Patria (UxP), y Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes, fueron los primeros en anunciar que es tiempo de que una mujer conduzca el PJ, marcando el inicio de la campaña desde la cúpula del camporismo. Este espacio, que sufrió críticas por comportamientos sectarios, busca reafirmar que los verdaderos herederos políticos de Cristina son los integrantes de La Cámpora, liderada por su hijo, Máximo Kirchner.

"Cristina es Máximo y Máximo es Cristina" es la frase que repiten en La Cámpora para destacar que cualquier crítica a Máximo o a la agrupación será vista por Cristina como una crítica a su liderazgo.

Tras el pedido de "Wado" de Pedro y Mayra Mendoza, se sumaron otras figuras del kirchnerismo, como Juliana Di Tullio, Anabel Fernández Sagasti, Mariano Recalde, Daniel Catalano, Mariel Fernández, Víctor Santa María, Oscar Parrilli y José Mayans. Mayans reveló que en una charla íntima, Cristina expresó su deseo de ser presidenta del PJ, mencionando la necesidad de trabajar para ayudar a las personas que están sufriendo.

Durante sus mandatos presidenciales, Cristina se rehusó a formar parte de la orgánica del partido y le restó importancia, visitando la sede del PJ por primera vez en 2019, poco antes de anunciar su candidatura a vicepresidenta. Ahora, en un contexto distinto, evalúa la posibilidad de liderar el PJ nacional, buscando convertirse en la arquitecta electoral del peronismo, especialmente en la provincia de Buenos Aires.

La Cámpora ve con desconfianza la construcción política nacional de Axel Kicillof desde la provincia de Buenos Aires. Esta puja de poder interno surge porque Máximo Kirchner considera que Kicillof adelantó los tiempos de su proyecto presidencial sin pedir permiso a La Cámpora. Kicillof fortaleció vínculos con intendentes como Jorge Ferraresi y Mario Secco, y su mano derecha, Carlos Bianco, creó la agrupación "Patria y Futuro".

Aunque en el kirchnerismo duro no se oponen a las aspiraciones presidenciales de Kicillof, temen que pretenda reemplazar a Cristina en la conducción del movimiento, lo que implicaría una pérdida de poder para La Cámpora en el reparto de lugares en las listas de candidatos. Con Cristina presidiendo el PJ, La Cámpora busca evitar esta "confusión de roles" y mantener su monopolio en la confección de las listas.

El gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, es otro actor clave en esta dinámica. Con el aval de sus pares gobernadores, Quintela había recibido la bendición de Kicillof para presidir el PJ. Sin embargo, el operativo clamor por Cristina ha cambiado sus planes, y aunque mantiene su postulación, está preparado para una interna.

El PJ ha convocado a elecciones de autoridades para el 17 de noviembre, y el plazo de presentación de listas vence el 19 de octubre. Quintela ha declarado que "el peronismo tiene que competir" y que "el que pierde tiene que acompañar", sugiriendo que, en caso de ganar, contaría con el apoyo de Cristina.

La posible candidatura de Cristina Fernández de Kirchner a la presidencia del PJ nacional marca un nuevo capítulo en la política interna del kirchnerismo, con La Cámpora y el kicillofismo en una tensa disputa por el control del movimiento peronista.