Gasoducto Norte: una nueva era energética para el NOA

La región del NOA, que ha enfrentado cortes y restricciones de gas en inviernos pasados, muestra gran expectativa ante la posible inauguración de las obras de reversión del Gasoducto Norte, anunciada por varios medios para mañana. Sin embargo, fuentes del sector informaron que aún no hay confirmación oficial por parte de Energía Argentina (Enarsa) y la Secretaría de Energía de la Nación.

Si bien los tramos troncales y complementarios, parte del plan de reversión, han sido completados por las contratistas Techint-Sacde y BTU en los plazos previstos, aún quedan trabajos pendientes en cinco plantas compresoras. Además, se estima que pasarán algunos meses antes de que el gas de Vaca Muerta llegue a Salta y otras provincias del norte argentino.

Según Energía Argentina, las obras de reversión en las plantas compresoras de Ferreyra y Deán Funes (Córdoba), Lavalle (Santiago del Estero) y Lumbreras (Salta) fueron contratadas el 7 de mayo, con finalización prevista para marzo de 2025. Además, la planta compresora de Mercedes, clave para la integración de los sistemas de TGS y TGN, también tiene trabajos pendientes que se completarían en noviembre.

A pesar de estas salvedades, se espera que, tres meses antes del próximo invierno, el NOA cuente con al menos 14 millones de metros cúbicos diarios de gas de la Cuenca Neuquina, el doble de lo que la región ha recibido en el pasado desde Bolivia, asegurando el suministro ante picos de demanda.

Dentro del plan de reversión del Gasoducto Norte, que complementa al Gasoducto Néstor Kirchner, se finalizó la construcción del Gasoducto de Integración Federal Tío Pujio-La Carlota en Córdoba, que conecta los gasoductos Norte y Centro-Oeste. Además, se completó la tubería paralela entre Tío Pujio y la planta de Ferreyra, aumentando la capacidad de transporte de gas hacia Córdoba, Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja y Tucumán.

Cabe recordar que, desde el 30 de diciembre de 2023, Bolivia ha reducido sus despachos garantizados a Argentina a 4 millones de metros cúbicos diarios debido a la declinación productiva de los bloques de Tarija, cerrando definitivamente el contrato que comenzó en 2006. Este cambio permitirá a Argentina ahorrar aproximadamente 2.000 millones de dólares en su factura energética, dado que el costo del gas nacional es significativamente inferior al del gas importado.