El Senado lleva semanas sin sesionar y siguen cobrando más de 8 millones

El Senado argentino atraviesa una parálisis legislativa que se extiende por cinco semanas, en contraste con la agitación en la Cámara de Diputados. Desde la última sesión, el 26 de septiembre, la incertidumbre reina sobre el futuro de la actividad parlamentaria, afectada por despidos dispuestos por Victoria Villarruel y tensiones internas en el equipo de la vicepresidenta.

La falta de una agenda relevante y la escasa disposición de muchos senadores para priorizar su trabajo han contribuido al estancamiento. Dos proyectos importantes, la renovación del programa de entrega voluntaria de armas y una reforma penal contra el crimen organizado, permanecen sin avanzar a pesar del respaldo en la Cámara de Diputados.

La esperanza de reactivar la actividad legislativa recae en la exposición del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, programada para el 13 de noviembre, donde se anticipan más de 1.500 preguntas de los senadores. Sin embargo, el panorama sigue siendo incierto.

 Además, según un informe de La Nación, los 72 senadores perciben un sueldo de casi $8.000.000, junto con un monto variable mensual para designar personal, lo que genera diferencias significativas con sus pares de la Cámara Baja.