Nadie lo quiere defender: Alberto Fernández no encuentra abogado y crece su temor

Alberto Fernández, ex Presidente de la Nación, atraviesa un momento crítico en su vida personal y profesional. Aislado en su departamento de la torre River View en Puerto Madero, recibe la visita de tres de sus exfuncionarios más cercanos: Julio Vitobello, Vilma Ibarra y Juan Manuel Olmos. Estos antiguos colaboradores, preocupados por la salud emocional de Fernández, llegaron a la vivienda tras recibir mensajes alarmantes del exmandatario, que sugerían un posible desenlace trágico.

A pesar de ser abogados y amigos de confianza, Fernández solo permitió la presencia de su medio hermano Pablo Galíndez y su jefe de custodia. Eduardo Valdés, otro amigo cercano, intentó infructuosamente mantener contacto para brindarle apoyo, mientras que Fernández se sumergía en una búsqueda desesperada de un abogado que lo defendiera de las graves acusaciones en su contra.

Según trascendió, Fernández contactó a varios abogados, incluido Fabián Musso, quien compartió cátedra con él. Sin embargo, Musso declinó debido a su posición en el Banco de Tierra del Fuego. Otros abogados, como Maximiliano Rusconi, también fueron considerados, pero sin éxito. Finalmente, un abogado le pidió un millón de dólares por adelantado, una cifra que Fernández consideró inalcanzable en su actual situación financiera.

Mientras tanto, los medios de comunicación revelan nuevas pruebas y testimonios sobre la supuesta violencia de género ejercida por Fernández contra su expareja, Fabiola Yañez. Estas acusaciones han intensificado la crisis, llevándolo a reconocer que su carrera política ha llegado a su fin.

Fernández, quien anteriormente planeaba reabrir su estudio jurídico y publicar un libro sobre su presidencia, ahora se encuentra atrapado en una espiral de acusaciones, conspiraciones y traiciones. La defensa de Yañez ha sido asumida por la abogada Mariana Gallego, lo que Fernández interpreta como parte de una maniobra política en su contra.