Porteño se hizo el canchero en el aeropuerto de Salta y terminó de la peor forma

En un incidente ocurrido el 14 de mayo en el Aeropuerto Internacional Martín Miguel de Güemes, un pasajero mencionó la palabra "bomba" mientras estaba en el área de embarque de equipaje, lo que activó el protocolo de seguridad y resultó en la intervención de varias fuerzas de seguridad y la demora del vuelo.

Oscar Daniel Méndez, oriundo de Buenos Aires, se encontraba en el área de embarque para un vuelo hacia la capital argentina cuando, al ser preguntado por la receptora del equipaje si llevaba algún dispositivo explosivo, respondió mencionando que llevaba una "bomba". La empleada, siguiendo el protocolo de seguridad, alertó a su supervisora, quien confirmó con Méndez si había utilizado esa palabra. Ante la confirmación del pasajero, se notificó a las autoridades de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, lo que resultó en la paralización de la actividad en el aeropuerto y la intervención de personal especializado, incluyendo el Grupo Especial de Control de Explosivos y Bomberos.

Méndez fue detenido y, en una audiencia de formalización de la investigación penal, el juez federal de Garantías N°1, Julio Bavio, aprobó la imputación solicitada por la Unidad Fiscal Salta. El auxiliar fiscal Florencia Altamirano presentó la acusación por el delito de "entorpecimiento del transporte aéreo", sustentada con numerosas pruebas del incidente.

En su defensa, Méndez admitió haber mencionado la palabra "bomba" pero explicó que lo hizo en otro contexto. Según su declaración, la pregunta de la empleada de la aerolínea lo sorprendió ya que era la primera vez que le hacían alusión a llevar un dispositivo explosivo, pese a haber viajado en cuatro ocasiones anteriores. Respondió diciendo que la "bomba" la había dejado en casa, lo que luego reconoció como un error. Méndez expresó su arrepentimiento por los inconvenientes causados, especialmente a sus familiares.

Este incidente subraya la importancia de ser extremadamente cuidadoso con el lenguaje en entornos de alta seguridad como los aeropuertos, ya que comentarios inadecuados pueden tener serias repercusiones legales y operativas.