El dueño de la peluquería dio detalles sobre la muerte del colorista: "Llame a..."

Facundo Verdini, propietario del establecimiento en la calle Beruti al 3017 en Recoleta, relató cómo vivió el momento en que uno de sus empleados, Abel Guzmán, disparó contra Germán Medina, otro trabajador del lugar.

"Estaba temblando, no caigo. Esto fue alrededor de las 20 horas y hasta recién estuve en la comisaría dando testimonio", reveló Verdini a Arriba Argentinos (eltrece), describiendo el trauma que aún le embarga.

Según su testimonio, el día del incidente, Guzmán se comportaba de manera extraña, rapándose el pelo y mostrando una actitud aislada. "Tenía una mirada rara, estaba como aislado", expresó.

El propietario detalló que, sin previo aviso, Guzmán sacó un arma durante una conversación, alegando querer hablar. A pesar de los intentos de calmar la situación, Guzmán procedió a amenazar a los presentes, incluida la compañera de Medina, y finalmente disparó contra él.

Facundo Verdini aseguró que las relaciones laborales con Guzmán tenían desacuerdos habituales, pero nunca habían alcanzado niveles de violencia. "No se debían plata, no había pasado nada para llegar a ese punto", agregó.

El dueño de la peluquería también destacó la dualidad en la actitud de Guzmán, siendo amable con las clientas pero mostrando un comportamiento diferente con los colegas.

En cuanto a la jornada laboral previa al crimen, Verdini la describió como "normal", pero reconoció que Guzmán estaba "como aislado" durante el día. "Después del disparo yo me fui al baño, me encerré y llamé a la Policía", añadió.

Facundo Verdini sugirió que los celos podrían haber sido un motivo del ataque, ya que ambos, Guzmán y Medina, eran coloristas en la peluquería, pero Guzmán tenía una antigüedad mayor en el lugar.