Pedía "aplauso para el asador" pero escondía un macabro secreto: esto le hizo a su novia

En la madrugada del 16 de octubre de 2004, Luciana Moretti, de 15 años, salió de su casa en Ingeniero White tras recibir una llamada. Nunca regresó. Días después, su cráneo fue hallado por un vecino cerca de las vías del tren. La joven había sido asesinada, descuartizada y quemada en una parrilla por su novio, Pablo Cuchán.

El caso conmocionó a la sociedad argentina. Cuchán, quien mantenía una relación con la adolescente, fue arrestado tras rastrear los registros telefónicos. Durante el juicio, intentó defenderse alegando que Luciana había muerto por una sobredosis y que, en su miedo, intentó deshacerse del cuerpo incinerándolo.

En 2007, Cuchán fue condenado a 18 años de prisión por el femicidio de Moretti. Sin embargo, en 2016, obtuvo la libertad condicional. El femicida reincidió en la violación de las condiciones impuestas, lo que lo llevó nuevamente a la cárcel hasta que agotó su condena en 2021.

Actualmente, Cuchán está detenido nuevamente por una causa de amenazas y lesiones. La abogada de la familia de Luciana, Viviana Lozano, afirmó que el caso evidenció fallas en el sistema de reinserción social y calificó a Cuchán como "irrecuperable".

El caso de Luciana Moretti sigue siendo un doloroso recordatorio del femicidio y la impunidad que, en ocasiones, acompaña estos crímenes.