Torturaron e hicieron vivir un calvario a varias personas en Salta: inicia el juicio

En un significativo avance en la lucha por la justicia y la memoria histórica, el Tribunal Oral Federal N°1 de Salta inició el juicio contra un exmilitar y un excomisario de la policía provincial por el asesinato del médico Pedro Enrique Urueña, cuyo cuerpo fue dinamitado. 

Paralelamente, el Tribunal Oral Federal N°2 juzga a un exintegrante de la Policía Federal por tormentos agravados a un militante peronista.

El Tribunal Oral Federal N°1, compuesto por los jueces Federico Santiago Díaz (presidente), María Alejandra Cataldi y Jorge Abelardo Basbus, comenzó el juicio contra Ernesto Alejandro Repossi, exmilitar, y el excomisario de la Policía de Salta, Joaquín Guil. Ambos están acusados del brutal asesinato de Pedro Enrique Urueña, ocurrido el 16 de diciembre de 1975.

Según la acusación, Urueña fue secuestrado de su casa en Tartagal por un operativo conjunto del Ejército y la Policía de Salta. Posteriormente, fue ejecutado a balazos y su cuerpo fue dinamitado. El móvil del crimen está vinculado a la labor política y social que Urueña desarrollaba en el norte de la provincia.

La acusación penal incluye delitos de privación ilegal de la libertad, cometida por un funcionario público con abuso de poder y violencia, en concurso real con homicidio agravado por alevosía y premeditación. El juicio pretende esclarecer y castigar estos hechos atroces que forman parte del oscuro capítulo del terrorismo de estado en Argentina.

Simultáneamente, el Tribunal Oral Federal N°2, también presidido por el juez Díaz y compuesto por los vocales Gabriela Catalano y María Alejandra Cataldi, está juzgando a Juan Carlos Alzugaray, exinspector de la Delegación Salta de la Policía Federal. Alzugaray está acusado de imposición de tormentos agravados en perjuicio de Eduardo José Porcel (h), un militante peronista detenido ilegalmente por más de siete años.

El 18 de enero de 1975, Porcel fue detenido sin orden judicial en un control policial y conducido a la Central de Policía en Salta, donde fue interrogado y luego trasladado a la Delegación Salta de la Policía Federal. Allí, fue sometido a torturas por Alzugaray y otros oficiales. Posteriormente, Porcel fue trasladado al penal provincial de Villa Las Rosas y más tarde a "La Escuelita" en Famaillá, Tucumán, donde continuaron las torturas.

Estos juicios representan un paso fundamental en el proceso de justicia por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar en Argentina. Las audiencias no solo buscan castigar a los responsables, sino también honrar la memoria de las víctimas y sus familias, quienes lucharon incansablemente por verdad y justicia.

El proceso judicial seguirá desarrollándose en las próximas semanas, con testimonios y pruebas que buscan arrojar luz sobre estos terribles capítulos de la historia reciente del país.