Intentó frenar un robo y lo mataron: los chorros siguen prófugos
Un electricista murió tras intentar impedir un robo. Lo mataron a balazos. Una mujer, sospechosa de ser cómplice, será juzgada.
Hace tres años, Vladimir Guzmán, un electricista que acababa de terminar su semana laboral en una obra, se reunió con un amigo para tomar unas cervezas en un kiosco de la localidad de Longchamps, Buenos Aires. Lo que parecía una noche tranquila terminó en tragedia cuando un delincuente irrumpió en el lugar para robar. Vladimir intentó impedirlo, pero fue asesinado a balazos. A pesar del tiempo transcurrido, el autor material del crimen sigue prófugo, mientras que una mujer, presuntamente su cómplice, enfrentará un juicio en los próximos meses.
El fatal episodio ocurrió en la puerta del comercio ubicado en avenida Espora y Bolívar. Vladimir estaba junto a su amigo Emanuel, y minutos después se les unió su sobrino Julio, quien regresaba de jugar al fútbol. Al terminar de tomar, Julio volvió al kiosco para comprar chicles, justo cuando ingresó el ladrón.
"Ellos estaban afuera y se dieron cuenta de que entraron a robar cuando el ladrón disparó. Vladimir pensó que le habían disparado a Julio", relató Germán, hermano de la víctima, en diálogo con TN. Al ver que el delincuente salía corriendo, Vladimir lo persiguió y lo alcanzó. Ambos forcejearon, pero el ladrón logró zafarse y le disparó tres veces: un balazo impactó en su rodilla, otro en el abdomen y el tercero fue al suelo.
En medio del caos, una joven que se encontraba cerca les contó a Vladimir, Emanuel y Julio que habían intentado robarle su auto Volkswagen Polo blanco. Tras una llamada al 911, la policía llegó al lugar. Sin embargo, según Germán, los agentes confundieron a su hermano con el delincuente: "Pensaron que mi hermano había intentado robar el kiosco". Además, señaló que la policía solo ayudó a la joven que denunció el intento de robo de su vehículo.
Herido de gravedad, Vladimir les pidió a Julio y Emanuel que lo llevaran a su casa, donde vivía con su madre. "Él decía que estaba bien, nunca se dio cuenta de que tenía un disparo en el abdomen", recordó su hermano. Marcela Dal Santo, abogada de la familia, explicó que Vladimir no sintió el impacto de la bala en el estómago debido al intenso dolor en la rodilla y la adrenalina del momento.
Al día siguiente, su madre lo encontró en estado crítico y llamó a una ambulancia que lo trasladó de urgencia al Hospital Lucio Meléndez. Vladimir falleció el domingo 20 de febrero de 2022 a causa de una hemorragia interna que le provocó un paro cardiorrespiratorio.
La investigación para dar con los responsables del crimen avanzó lentamente. A través de las cámaras de seguridad, se identificó a tres personas involucradas: dos delincuentes -uno que ingresó al kiosco y otro que actuó como campana- y la joven que denunció el intento de robo de su auto. Esta última, Karen Macarena Sosa, es sospechosa de haber sido cómplice de los ladrones y de haberlos llevado al lugar.
Dal Santo explicó que Sosa se presentó como víctima desde el principio: "Dijo que la sacaron de los pelos del auto". Sin embargo, las cámaras la incriminaron, y tras ocho meses prófuga, fue capturada en otra provincia mientras estaba de vacaciones. Los otros dos delincuentes siguen sin ser identificados.
Sosa, imputada por "homicidio en ocasión de robo", será juzgada por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 9 de Lomas de Zamora. Actualmente, espera el juicio en libertad. Según la abogada, "la clave de todo" la tiene ella, ya que conoce la identidad de los ladrones que la acompañaban aquella noche.
Mientras la familia de Vladimir espera justicia, el recuerdo de su valentía y la impunidad que rodea su muerte siguen siendo una herida abierta.
Comentarios