Impactante: así quedó un bosque arrasado por el fuego en Chubut

Un devastador incendio forestal afecta a la localidad de Epuyén, en la provincia de Chubut, dejando un paisaje desolador y causando graves daños tanto a la naturaleza como a los vecinos. En pocas horas, las llamas consumieron 2000 hectáreas de vegetación, destruyeron más de 50 viviendas y obligaron a la evacuación de más de 200 personas, quienes fueron reubicadas en el gimnasio municipal.

Las condiciones climáticas extremas, como la prolongada sequía y los vientos de hasta 70 km/h, contribuyeron a la rápida propagación del fuego. Los brigadistas y bomberos continúan trabajando incansablemente para contener los focos secundarios y estabilizar los perímetros del incendio. A pesar de sus esfuerzos, la magnitud de los daños es considerable, y los habitantes de la zona intentan regresar a sus hogares para evaluar las pérdidas.

El periodista Rodrigo Saliva, quien estuvo en el centro del área afectada, describió el escenario como "impresionante y dantesco". "Donde pasó el fuego, no quedó absolutamente nada. Los bosques de pinos se consumieron por completo, dejando solo cenizas. El piso sigue caliente en muchos lugares, y aún se observan columnas de humo", relató Saliva en exclusiva para TN.

El fuego, alimentado por la resina de los pinos, devastó grandes extensiones de bosque, avanzando a una velocidad alarmante. Sin embargo, el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, destacó que, aunque el incendio sigue fuera de control, la situación en las zonas residenciales muestra signos de mejora, lo que brinda algo de alivio a los vecinos de Epuyén.

"Quiero reconocer el trabajo incansable de las 300 personas abocadas a la lucha contra el fuego, entre brigadistas, bomberos voluntarios, personal del Servicio de Manejo del Fuego, Vialidad y civiles. Gracias a su esfuerzo, hoy no tenemos que lamentar ninguna víctima fatal", expresó el gobernador en su cuenta de X.

Pese a los avances en la contención de las llamas en las áreas residenciales, los daños materiales y ambientales son devastadores. Además de la pérdida de viviendas, la flora y fauna local también sufrieron daños irreparables. Los aviones hidrantes y helicópteros siguen operando en las montañas para intentar sofocar los focos activos.