El periodista asesino está de cumpleaños: la historia del otro peligroso criminal de Salta

Este 29 de octubre, entre el silencio de las celdas, Franco Rodrigo Gaspar Cinco cumple otro año de vida en prisión perpetua, condenado por el doble crimen que sacudió a Salta en 2017. Su nombre quedó grabado como el responsable de una tragedia que desmoronó una familia y dejó al descubierto la crueldad detrás de un plan premeditado. Alejandra Párraga y su pequeño hijo Amir, de solo dos años, fueron víctimas de su propio engaño: Gaspar Cinco les dio de beber cianuro, disfrazado de "agua bendita", en un intento retorcido de eliminar al niño, a quien veía como un obstáculo en su relación con la madre.

En 2018, tras un juicio que conmocionó a la provincia, Gaspar Cinco fue sentenciado a cadena perpetua y trasladado a la cárcel de Villa Las Rosas. Recientemente, volvió a captar la atención pública al conocerse que, tras las rejas, se inscribió en la carrera de abogacía en la Universidad Católica de Salta (UCASAL). Accediendo a internet para estudiar, solo abandona su encierro bajo estricta custodia cada vez que debe rendir un examen presencial.

La fatídica tarde del crimen

El 5 de junio de 2017, el joven llegó al hogar de Alejandra con una botella en mano, asegurándole que era "agua bendita" de la Catedral y que ayudaría a curar al pequeño Amir de un resfrío. Confió en él y bebió la sustancia junto a su hijo, sin sospechar que minutos después empezarían a convulsionar. Ambos fueron trasladados a centros de salud, pero los esfuerzos médicos fueron inútiles. Amir murió antes de las 17, y su madre lo siguió poco después.

Las pruebas forenses confirmaron que el "agua bendita" contenía cianuro en dosis letales. Poco después, una serie de testimonios destaparon el horror detrás de lo que en un principio parecía un trágico accidente.

Detención y un plan macabro

Durante el velorio de Alejandra y Amir, la policía detuvo a Gaspar Cinco, quien había dejado en Facebook un posteo que decía: "Simplemente: fuiste sinónimo de perfección", en alusión a su pareja. La investigación reveló que su intención era clara y premeditada: eliminar al hijo de Alejandra para "liberarse" de un supuesto obstáculo en la relación.

Un testigo clave reveló que Gaspar Cinco había intentado contratarlo para que "eliminara" al pequeño a cambio de 10 mil dólares. Este compañero pensó en su momento que se trataba de una broma de mal gusto, hasta que vio las noticias y comprendió la magnitud de la tragedia.