Su esposo intentó quemarla y se salvó tirándose a la pileta: hoy teme por su vida

Karina Abregú lleva en su cuerpo las cicatrices de un infierno que vivió durante 14 años junto a Gustavo Albornoz, su ex pareja, quien la sometió a constantes abusos. A pesar de haberlo denunciado en 15 ocasiones, la justicia nunca le otorgó una orden de restricción ni medidas de protección. Todo llegó a un trágico desenlace el 1º de enero de 2014, cuando Albornoz roció a Karina con alcohol y la prendió fuego. Enfrentó tres segundos de desesperación y dolor, pero logró sobrevivir al saltar a una pileta.

En una de sus primeras entrevistas, Karina recordó las aterradoras palabras de su agresor: "Si te mato, mejor. Si vivís, vas a ser un monstruo y nadie te va a querer". Aunque logró sobrevivir al ataque, las secuelas de esa violencia continúan marcando su vida. Con 85 operaciones y una lucha constante contra las cicatrices físicas y emocionales, Karina enfrenta el día a día con el temor de que algún día su agresor pueda salir de prisión y seguirle persiguiendo.

Hoy, vive con pensión mínima, no puede trabajar y enfrenta una realidad llena de miedos, pero también con una resiliencia que la ha convertido en un símbolo de lucha contra la violencia de género.