Encontraron sin vida a una jubilada que estaba desaparecida: tenía 75 años

Estrella Domínguez Fernández, de 75 años, quien había sido denunciada como desaparecida a principios de este mes, fue encontrada sin vida dentro de un tambor de 200 litros en su domicilio ubicado en la calle Bidondo, en San Martín, en la provincia de Buenos Aires. Lucas Pedraza, su nieto, rompió en llanto y confesó ser el autor del crimen tras el macabro hallazgo.

La División de Investigaciones (DDI) de San Martín llevó a cabo un allanamiento de urgencia en la vivienda, por orden de la UFI N°6, luego de que el nieto incurriera en numerosas contradicciones durante su declaración. También fue detenido Oscar Sanabria, otro sospechoso relacionado con el caso.

Curiosamente, fue el propio Lucas quien alertó a su madre sobre la desaparición de Estrella, lo que llevó a la hija de la víctima a denunciar el hecho a la Policía Bonaerense el 2 de septiembre. La familia vivía en un mismo terreno dividido en tres construcciones: la abuela en una, Lucas y su madre en otra, y Sanabria, quien alquilaba la tercera.

El 9 de septiembre, la fiscalía convocó a la DDI para realizar una investigación, y poco después surgió la información de que Lucas había discutido con su abuela antes de su desaparición. En su declaración, Pedraza intentó sostener que su abuela se había marchado con pasaporte en mano, probablemente hacia España, pero la fiscalía no le creyó.

Durante el allanamiento en la casa de Estrella, se encontró el tambor con el cuerpo de la mujer, cubierto por una mezcla de tierra, cal y cemento. Al descubrir el cadáver, Pedraza se quebró y confesó el asesinato, detallando cómo la mató. Se secuestró una estatua de madera con forma de búho, que se sospecha fue el arma utilizada en el ataque.

Oscar Sanabria, el inquilino y amigo de Pedraza, también fue arrestado. Al ser examinado, presentaba heridas en el rostro que podrían ser señales de una pelea defensiva.

Aún se desconocen los motivos que llevaron al crimen, pero los investigadores aseguran que la familia tenía constantes conflictos internos. Aunque no parece tratarse de un motivo económico, se baraja la posibilidad de que el asesinato haya sido producto de un arrebato de furia.