"Me mandé una macana", la confesión del monstruo que se la agarró con su hijastra
María Milagros Vázquez tenía 23 años y tres pequeñas hijas. "Su mamá lo denunció y fue condenado por los abusos, pero solo estuvo detenido ocho meses", relataron.
María Milagros Vázquez, de tan solo 23 años, madre de tres hijas, tenía toda una vida por delante. Sin embargo, el 13 de julio, su cuerpo fue encontrado en un monte en la localidad de Recreo, a 250 kilómetros de la capital de Catamarca. El único sospechoso del asesinato es Juan Aguilar, conocido como "El chacal", un hombre de 53 años con quien mantenía una relación plagada de violencia durante más de una década.
"Si la Justicia hubiera actuado a tiempo, hoy María estaría con nosotros", denunció Marcela González, abogada de la madre de la víctima. Según González, Aguilar era el padrastro de María y había abusado de ella desde que tenía 9 años. A los 14, producto de esas violaciones, María quedó embarazada de su primera hija.
"Su mamá lo denunció y fue condenado por los abusos, pero solo estuvo detenido ocho meses. Cuando salió en libertad, volvió a manipularla y continuaron la relación. Después nacieron dos hijas más", reveló González a TN.
González también describió los maltratos físicos y psicológicos a los que María fue sometida durante más de 10 años. "La golpeaba, la arrastraba de los pelos con la moto y la maltrataba psicológicamente. Por miedo y por no poder escapar de ese círculo de violencia, ella no lo denunció de nuevo", explicó.
El 13 de julio, alrededor del mediodía, María estaba almorzando con su hermana Lara cuando Aguilar irrumpió en la casa y le dijo que se fueran porque iban a cocinar locro y empanadas para vender. Lara se ofreció a ayudarla y fueron juntas a preparar la comida.
A las 16:30, relató su hermana, Aguilar le pidió a María que lo acompañara a "cortar pasto al monte". Llevó un machete, dos bolsas de arpillera y subió a la moto, con María siguiéndolo. Esa fue la última vez que se la vio con vida.
Alrededor de las 20, Aguilar regresó solo a su casa y confesó el crimen a una de sus hijas. "Me mandé una macana con la María", le dijo. La adolescente, entre lágrimas, llamó a Lara y le contó todo.
La madre de la víctima se dirigió a la comisaría para denunciar la desaparición. La Policía de Corrientes activó rápidamente el protocolo de búsqueda y primero fueron a buscar al sospechoso a su casa, pero no estaba.
Lo encontraron recorriendo el pueblo, a dos kilómetros de la Ruta Nacional 157, con una soga en el cuello y en estado de ebriedad, con intenciones de quitarse la vida. Aguilar se negó a hablar con los oficiales, salvo para indicar el lugar donde estaba el cuerpo de María.
La Policía de Recreo desplegó un operativo en la zona señalada por Aguilar y encontraron a la joven en un camino rural de la ruta 116, sobre el paraje La Suerte, tirada entre los pastizales y sin vida.
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