No seas malo

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El imputado fue acusado de múltiples incidentes de violencia de género hacia su expareja.

En Pichanal, un hombre de 35 años ha sido formalmente imputado por reiterados hechos de violencia de género contra su expareja. El acusado, que ya tenía medidas de prohibición de acercamiento desde marzo, enfrenta cargos graves que incluyen lesiones leves doblemente agravadas, amenazas con arma y desobediencia judicial.

La fiscal penal de Pichanal, María Sofía Fuentes, detalló que los cargos se deben a una serie de agresiones físicas y amenazas cometidas contra la víctima, con quien el acusado comparte tres hijos. El incidente más reciente ocurrió el 14 de julio, cuando el imputado, en estado de ebriedad, se presentó de manera agresiva en el domicilio familiar ubicado en Rivadavia Banda Sur.

Según el relato de la víctima, el hombre llegó buscando su teléfono celular y, al recibir una negativa para ayudarle, la agredió físicamente. La atacó con golpes de puño, cachetadas, y la golpeó contra la pared, causándole múltiples lesiones. En un momento, intentó ahorcarla con la tira del gorro de su campera.

El violento episodio fue presenciado por su hijo menor, de siete años, quien intentó intervenir pero fue empujado por el acusado, cayendo al piso. El niño corrió al destacamento policial más cercano para pedir ayuda, dado que no contaban con un teléfono celular en casa.

Las lesiones de la víctima fueron confirmadas por un certificado médico que reporta contusiones, hematomas de varios tamaños en el cráneo y cuello, laceraciones profundas, y escoriaciones múltiples en las rodillas.

Esta no fue la primera denuncia contra el acusado. En marzo, la mujer había denunciado que él se presentó en su hogar ebrio, amenazando con quitarse la vida y culpándola a ella. Este incidente llevó a la imposición de medidas de protección que el acusado ignoró repetidamente.

La fiscal Fuentes enfatizó que las acciones del acusado están agravadas por la relación previa de pareja y la violencia de género. Además, destacó las amenazas proferidas, incluyendo intentos de ahorcamiento y el uso de un cuchillo para intimidar a la víctima. La desobediencia judicial también agrava su situación legal, ya que ignoró las medidas de protección dictadas por el Juzgado de Violencia Familiar y de Género de Orán.

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