Denunció acoso laboral y no hicieron nada: el duro testimonio de una salteña

Rosa Isella ha expuesto la pesadilla que vivió durante años en su trabajo en Auditoría, donde denunció haber sufrido acoso por parte de J. A. Navarro. Sin embargo, su valentía al denunciar la situación no solo no le brindó el apoyo esperado, sino que desencadenó una persecución laboral que afectó su salud y carrera administrativa.

Desde su ingreso a Auditoría en 2004, Isella afirma que Navarro inició un prolongado período de acoso. Al tomar la decisión de denunciar la situación en 2012, Isella experimentó represalias graves por parte de su agresor. 

Navarro, quien ocupaba el cargo de encargado de Puesto de Control y Operativos Especiales, habría agredido y maltratado a Isella, incluso llegando a manosearla en el ascensor del edificio ubicado en Balcarce 30.

"Como encargado de los puestos de control me decía que si no accedía a lo que quería me sacaría de los grupos de viajes y perdería la posibilidad de cobrar los viáticos. Esto lo cumplió y me excluyó de los viajes al interior. También llegó a desacreditarme en lo laboral, tratándome de inútil y de ridiculizarme ante mis compañeros", reveló Isella.

La situación escaló al punto de afectar la salud de la denunciante, quien sufrió picos de presión, dolores de cabeza y un ACV. A pesar de estos eventos, la ART no fue notificada, y Isella tuvo que asumir los costos de su internación.

Posteriormente, Isella denunció los acosos a sus superiores, quienes, en lugar de sancionar a Navarro, decidieron trasladar a la víctima a Ciudad Judicial, al subprograma de Gestión de Cobro, un cambio que interpretó como un castigo y que le impidió seguir avanzando en su carrera administrativa.

A pesar de la denuncia formalizada por Isella en 2012, el expediente no tuvo avance administrativo y los plazos vencieron, a pesar de que existía una resolución previa para sancionar a Navarro. Incluso con la orden judicial que prohíbe a Navarro circular por ciertos edificios, los directores de Rentas han permitido su ingreso, según afirmó Isella a Nuevo Diario.

La trabajadora solicitó regresar a su puesto original en el sector de Auditoría, pero este pedido fue denegado debido a la presencia de Navarro en el área. El calvario continuó en 2020, cuando Navarro retomó sus maltratos, llevando a Isella a denunciarlo por violencia de género.

En medio de la persistente lucha de Isella, los directores Facundo Romero, Juan Manuel Saravia Toledo, Mario Mendoza y la directora de Rentas, Mercedes Uldry, habrían permitido el ingreso de Navarro, a pesar de la orden judicial en su contra.