Volvió borracho de un partido y se convirtió en "diablo" con su novia: lo condenaron

En una audiencia de juicio abreviado celebrada ante la Sala V del Tribunal de Juicio del Distrito Centro, el juez Marcelo Rubio condenó a un hombre de 28 años a 7 meses y 21 días de prisión efectiva por los delitos de amenazas y lesiones leves agravadas en contexto de violencia de género. La fiscal penal de Violencia Familiar y Género 2, Mónica Viazzi, representó al Ministerio Público Fiscal en el caso, que expuso un patrón de violencia cronificada contra su expareja.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del 26 de febrero de 2022, en una vivienda de Villa Soledad, donde la víctima convivía con el acusado. Según la investigación, el hombre regresó a su casa en estado de ebriedad tras jugar al fútbol, lo que generó un reclamo por parte de la mujer debido a la hora y su condición. En respuesta, el acusado reaccionó con violencia, agrediéndola con golpes de puño y patadas en el rostro y el cuerpo. La víctima logró escapar al piso de arriba, donde residía la dueña de la vivienda, y desde allí llamó al Servicio de Emergencias 911.

El caso también reveló que, dos años antes de este episodio, el hombre ya había agredido físicamente a la mujer. Sin embargo, en esa oportunidad, la víctima no presentó denuncia debido a las amenazas que recibía por parte de su expareja.

Un informe psicológico realizado a la damnificada, basado en la Escala de Predicción de Riesgo de Violencia, determinó que existían múltiples indicadores de riesgo, como violencia cronificada, incremento en la frecuencia de los episodios violentos, dependencia afectiva y económica, celos excesivos, conductas de control, y la naturalización y minimización de la violencia por parte de la víctima. Estos factores llevaron a concluir que existía un alto riesgo de que los hechos de violencia se repitieran.

Tras escuchar la confesión del acusado, el juez Rubio dictó la condena, destacando la gravedad de los delitos cometidos en un contexto de violencia de género y de una relación previa. La sentencia busca no solo castigar al agresor, sino también proteger a la víctima y enviar un mensaje claro sobre la intolerancia hacia la violencia de género.

Este caso refuerza la importancia de denunciar y actuar ante situaciones de violencia, así como de brindar apoyo integral a las víctimas para romper el ciclo de abuso.