Club 20 y un show ardiente
Se presentaron anoche en Jekill y descollaron con un show inolvidable para los amantes de la música.
Club 20 rompió todos los parámetros. Salió a trotar con el traje de gala de la música en Jekill funplace y desde una propuesta cultural para bailar, corear y respirar presentaron "feria" y nos regalaron un recital inolvidable.
Tuve que dejar amores, amigues, poesía y pasiones a la vera de la ciudad para poder llegar al local en zona sur donde Club 20 se presentaría. Ingresé al templo profano, púrpura y bello que es Jekill, erigiéndose como un lugar intermedio (ni muy chico ni muy grande) de encuentro para bandas que buscan abrirse a públicos diversos y heterosensibles.
La noche arrancó full boliche sonando Villano antillano, Miranda, Shakira, mientras las listas de la entrada colapsaron y la gente esperaba paciente su turno para ingresar.
Hicimos un puchito en el patio, luego se apagaron las luces y se anunció la banda. Inició con Han renacido (https://www.youtube.com/watch?v=OxjQriIGiNk), el 2do tema de su primer corte. "¡Oigan, oigan!" nos agitaba, mientras nosotros respondíamos "lo sabes hace dos semanas/lo sabes hace siglos atrás"; lo que tenemos ahí en frente de nuestras narices y ya sea por miedo, mandato o noseque no podemos encararlo. "Como poco a poco se nota lo que te provoca/como ahí fuera la gente se vuelve loca", esta noche lo vemos claro y lo cantamos frente al Piru, Pablo, Maxi y Fico... exorcizamos todo eso a lo que no nos animamos en el día y hoy lo agitamos en la noche que se abre y parecen crecer ondas infinitas.
Siguieron navegando en ese mar hermoso mezcla de pop/rock/tecno por intentar describir un grupo que hace movimientos musicales inenarrables. Continuó Hologramas "dejame que te cante cosas tan extrañas una mente va tranquila cuando sabe lo que quiere y lo que no no no! no!! no!!! no", fuaaaa, gracias por esa sabiduría en forma de rima, de prosa, de letra hermosa que surfea en conjunto con guitarras, bajos, teclados, beats y baterías buscando más allá de lo cotidiano. Siguieron con El lugar que ocupo con un mensaje contundente "que le corten la lengua al que diga más de lo que tiene que decir", si bien reproduce un poco el binomio masculino/femenino, hay una movimiento creativo y la reivindicación de afrontar el mundo desde el lugar que ocupamos. Después vinieron Secuencia Frecuencia, Transmutar, Mía, veníamos en un trance, compartiendo las subidas y bajadas de la banda, el sonido que venía con un poco de distorsión cuando de repente se cortó. En el escenario músicos y técnicos buscaban frenéticamente la causa del corte, mientras que el público bancó la parada y empezó a corear Prendío, Tu cara al Verdecer, lo que aflojó un poco la tensión y permitió oxigenar el momento para encontrar la falla técnica y volver al show radiante con el soporte eléctrico.
Continúo con todo su repertorio, salto el sonido y nosotros nos Salimos de la piel. Incluyeron un homenaje a Depeche Mode, Virus y a Daniel Toro... ¡así de ecléctica y versátil la banda!. En para ir a buscarte de Daniel escuchamos "tus ojos arañan un pedazo de la noche" y uno se queda estupefacto pensando desde donde desborda tanta poesía este mundo. Nos enlazamos en la música, en la cadencia de los cuerpos, en las notas proporcionadas, despegando de lo cotidiano, buceando el deseo, lo indecible, aquella pulsión que guía nuestro ser. Se siente cierta aura del club, algo más elevado que la religión estática local, una espiritualidad que habla de poder mirar a la vida desde los cristales rotos de la realidad y entender que el todo está fragmentado, por lo que podemos utilizar distintas fuentes/ritmos/gamas musicales para llegar a la misma fuente.
A mitad del show se sumaron los vientos del trompetista Ferrer Joaquín Homero, haciendo mucho más sentida la melodía, permitiendo desde su interpretación virtuosa que la música nos empape, embeba y quedar ebrios de canciones.
Los temas se fueron encadenando Fue Mejor, Salim. En Salirte de la Piel desde el primer piso tiró unos pasos prohibidos el bailarín Sandro Ahumada, lo cual enloqueció al público y permitió que los presentes giráramos sobre nuestro eje y aflojar la presión de querer estar todos en primera fila. Me queda resonando la letra en mi mente "Me duele la otra parte, la que no te imaginas Oh, no puedo más de pensar Oh, no puedo más Y no sé cómo fue ¿Cómo haré para salirme de la tempestad? ¿Cómo haré para salirme de la piel?"; la necesidad de poder mostrar una parte más frágil, algo que muchas veces nos cuesta a los varones criados desde las coordenadas heteropatriarcales. Seguir transformando nuestra mirada, nuestras prácticas, confrontar y ganar la batalla a nuestro machirulo interno para poder seguir teniendo la dicha, no solo la pena y horror de vivir en este mundo.
En un momento Piruu hizo una pausa y llamó a una reflexión de cara las elecciones. Dijo "pase lo que pase, gane quien gane no los vamos a dejar tirados", los allí presentes aplaudimos y agradecimos que la música siga siendo esa sanación, catársis, tintura madre contra los dolores y ardides modernos.
La formación de club es la siguiente: Piruu Muñoz en voz y guitarra, Pablo Garzón en guitarra y teclados, Maximiliano Montañez en beat, teclados y bajo y Fico Medina en batería electrónica.
Siguieron en la galaxia clubveinteana con Frío, Encuentro en el río. fueron Cerrando el show con Prendio "haces que acaricie el horizonte y luego la nada... y así sin más volar/ obvio que me vengo de sentir tanto poder [...] y así sin más volar, y así sin más volar, haces que me erice todo el tiempo" , Después de Verte (https://www.youtube.com/watch?v=fxZnM15WRWo&ab_channel=Club20), tema que nos deja el corazón al borde de la lágrima, totalmente desarmados, con la fiebre de habernos entrelazados con el amor y sentir la agonía de su ausencia "quedo envuelto en la marea", sabiendo también que el amor es pasajero y lo que hoy es amor mañana quizá ya no lo sea "te estás moviendo tan despacio últimamente/ no reconozco tu semblante, tu frente, tu cadencia, tu manera de moverte", me lagrimean los ojos y despido a ese amor/esos amores que tan bien nos supimos amar y ahora solo queda este recuerdo dulce y vacío; saludando y anhelando los amores que van llegando. Vino Paralelos y se armó un pogo con ese estribillo tan pegadizo "paralelos en tu mente/cosas que no ve la gente/geografías de un demente/ paralelos en tu mente/ cosas que no puedo más", quedamos extenuados y extasiados, volvieron con un bis de la inédita canción que se había cortado.
Saludaron, se fueron, quedamos con el corazón abierto, latiendo muy dentro del pecho, casí afónicos. Club 20 se presenta como una fuente de inspiración y vida de donde beber y ser un lugar calmo, donde cicatrizar nuestras heridas y vislumbrar nuestro deseo. Desbordados al borde de ruido de las sirenas de babylon que anuncian las puertas del infierno y mientras los jinetes vienen cortando cabezas desde la megamineria, contaminación de ríos, la sobreexplotación, enajenación laboral y el ecocidio, Club 20 empuña un sable láser intergaláctico, atraviesa la rutina y nos devuelve nítidos y límpidos hacia nuestros deseos oníricos.
Crónica por Agustín Pérez Marchetta (@lirico_ardiente) Sociólogo, Gestor Cultural, escritor y docente.