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Reñido final en EE.UU.: comenzó un tenso escrutinio

Ya se cuentan los votos en varios estados, mientras aún se termina de votar en otros, como en los de la costa oeste. Datos preliminares muestran que el 55 % de las mujeres votó por Obama. Hasta último momento los candidatos hicieron campaña.

Con el cierre de las mesas en algunos estados, comenzó el reñido escrutinio que tiene en vilo al mundo. Ya se cuentan los votos en Indiana, Kentucky, Virginia, Florida, New Hampshire y Georgia, mientra aún se vota en otros estados más al oeste, como California y Alaska, el último que se computará. También cerró Ohio, un estado considerado decisivo: generalmente vota al ganador y ningún republicano ha sido elegido presidente sin haber ganado allí. 

En lo que se espera será una larga noche electoral, el recuento irá lento porque los candidatos iban cabeza a cabeza en las encuestas a nivel nacional. Hay esta noche un gran entusiasmo en los cuarteles generales de los demócratas, en Chicago, y en el de Mitt Romney, en Boston. 

Pero las cadenas de noticias están anticipando algunos datos de boca de urnas que, si bien no son exactas, marcan una tendencia. El 55 de las mujeres, por ejemplo, votó por Barack Obama. Y para el 60% la economía era su mayor desvelo. Un 37% de los votantes de Ohio dice que la economía está mejor, y un 32% peor. 

La elección se anticipaba tan reñida que los candidatos estuvieron hasta último momento haciendo campaña. El presidente, quien ya había votado anticipadamente la semana pasada en Chicago, fue a los cuarteles demócratas de su ciudad a llamar por teléfonos a voluntarios y votantes de estados clave, como Wisconsin u Ohio. Se ganó así varios minutos de televisión, que había sido acaparada por Romney y su votación en Belmont.

Todos estuvieron hoy muy activos por Internet y las redes sociales llamando por mail, Facebook y Twitter a los ciudadanos a votar, ya que la participación es clave en una elección muy ajustada en el voto popular, aunque hay cierta ventaja de Obama en estados clave como Ohio.

Esta mañana, en Belmont, los vecinos estaban conmocionados. "Esto es lo más emocionante que nos ocurre en las últimas décadas", sonríe Frank Burt, un habitante de esta localidad de 25.000 habitantes en las afueras de Boston, donde votaron el candidato republicano Romney y su esposa Ann, entre una marea de custodios y periodistas.

Romney votó esta mañana en el Beech Street Center, un centro comunitario de gente mayor de edad, que está muy cerca de la casa que hace un par de años compró con su esposa en este suburbio elegante, rodeado de árboles y muy cerca de Cambridge, donde está la universidad de Harvard. De allí, en un gesto completamente inusual en este país, se fue a hacer campaña el mismo día de la votación a Pennsylvania y Ohio, dos estados que necesita ganar sí o sí para soñar con la Casa Blanca.

El republicano vive en el barrio desde hace más de 20 años. Compró una mansión de 7 habitaciones en los 80, en la que crió a sus 5 hijos. Cuando los chicos fueron creciendo, Romney compró otra casa un poco más pequeña en el barrio The Woodlands que le costó casi un millón de dólares. El ex gobernador de Massachusetts, que fue obispo mormón en esta localidad, también tiene otras casas en otros estados como New Hampshire y California, donde suele ir de vacaciones.

El barrio estaba revolucionado con la votación de Romney, que sucedió exactamente a la hora que había anunciado, poco antes de las 9 de la mañana, hora local. Los vecinos se habían juntado en la calle con pancartas y muñecos del candidato, aunque también había muchos simpatizantes de demócratas.

Robert Landell, chofer de camiones jubilado estaba allí, viendo a su vecino. "Es un hombre honorable", dice, "sabe cómo trabajar con la gente". Landell dice que es independiente y que las últimas elecciones votó por Barack Obama: "Es un buen tipo, pero no está preparado para el cargo", dice. Por eso esta vez se inclina por Romney. "Fue un excelente gobernador. Teníamos un déficit fiscal tremendo en el Estado cuando asumió y a los dos años ya teníamos superávit. Sabe lo que hace". 

El ingeniero Frank Burt, en cambio, explica que votará por Obama, como muchos aquí en esta localidad que se define como "muy liberal". "No se le puede creer nada a Romney", dice. "Cuando estaba en las primarias decía una cosa y luego cambió. No sabemos dónde está parado". Efectivamente, el republicano tenía un discurso más duro en la interna, para seducir a los conservadores del partido, y luego, cuando ganó, moderó su mensaje para atraer electores del centro e independientes. "Es un buen tipo", dice. "Yo tengo amigos que son mormones como él y dicen que es un buen tipo. Pero yo no le creo nada", señala Burt.

De traje azul y corbata celeste, Romney llegó en una caravana de inmensas camionetas negras y votó con su esposa, de tapado azul eléctrico en esta mañana soleada, de temperaturas bajo cero. Salteó la fila de votantes y en 5 minutos salió y se fue raudo a seguir haciendo campaña. Lo necesita para ganar. En tanto, los vecinos de Belmont tuvieron su día feliz. Salieron en las pantallas de la televisión de todo el mundo.

Fuente: Clarín

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