Visita del Papa y suspensión de la Procesión: un año que marcó a fuego a los salteños
Juan Pablo II visitó Salta en 1987. Ese mismo año se suspendió la Procesión por un diluvio, pero se realizó al día siguiente.
En un año atípico marcado por la pandemia de coronavirus, las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro no saldrán a las calles de la ciudad de Salta. Para evitar aglomeraciones, la Procesión fue suspendida y el pacto de fidelidad se renovará con los Santos Patronos en el interior de la Catedral y no en el Monumento 20 de Febrero donde suele realizarse la homilía del arzobispo Mario Cargnello (antes el epicentro era la esquina de avenida Virrey Toledo y Paseo Güemes).
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La impactante imagen de cientos de miles de fieles que recorren las calles detrás de las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro no se verá este año en un hecho histórico. El antecedente más cercano de la suspensión de la Procesión se remonta a 1987 y fue por razones climáticas (se desató un diluvio). En aquel entonces, el evento se realizó al día siguiente (miércoles 16 de septiembre) y el gobernador Roberto Romero decretó un asueto de medio día para que los salteños puedan participar de la celebración.
Paradójicamente, ese mismo año se produjo la histórica visita del Papa Juan Pablo II a Salta. Fue el miércoles 8 de abril de 1987 y su paso fugaz pero intenso marcó a fuego a los salteños. Fueron 12 horas donde el Sumo Pontífice recorrió las calles de Salta en el Papamóvil y en la Catedral rezó ante las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro. La máxima autoridad de la Iglesia Católica por aquel entonces hasta tuvo tiempo de posar con un característico poncho salteño.
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