La dinastía Córdoba quiere cumplir 60 años manejando Ballivián: la denuncia en su contra

La adicción no va únicamente de la mano con la droga, muchas veces está instalada en la política. Tal vez el poder tenga ese sabor que muy pocos quieren soltar. Lo cierto es que cuando un funcionario vuelve a presentar su reelección, lo hace con un fin determinado: no salir nunca del círculo vicioso. Ballivían hace 55 años es gobernada por la misma familia y lejos de apostar por la "renovación" el Intendente Samuel Gerardo Córdoba ira de nuevo a una elección para retener su banca.

La historia de la familia al frente de uno de los municipios más pobres de Salta es histórica. Samuel Córdoba (padre) fue Jefe Comunal de la localidad durante 30 años, cuando dependía de Embarcación y era conocida como Pastor Senillosa. Después de tres décadas, el progenitor del actual Intendente decidió dar un paso al costado, pero sin antes dejarle el trono a "samuelito" Gerardo Córdoba, su hijo tan amado.

Como si esto fuese poco, el Concejo Deliberante es presidido actualmente por otro miembro de la dinastía. Ana Laura Córdoba, hija del actual intendente y nieta del anterior.

Pasaron 25 años de ese traspaso histórico y Gerardo continúa volviéndose a presentar a todas las elecciones de manera ininterrumpida. Si es que llegase a ganar, estaría cumpliendo 29 años de gestión. Pero no es todo, si le sumamos los años de su padre, estamos hablando de 59.

LA HISTÓRICA PELEA: LOS CÓRDOBA VS ORIGINARIOS

En el 2017, el presidente de la Comunidad Pastor Senillosa, Jonathan Felix, se animó a denunciar en los medios de comunicación que cuatro comunidades de los parajes Pozo Fuerte, El Chorrito, San José y Arenales estaban sufriendo la falta de agua y responsabilizó al Intendente.

"Varias veces se hizo el reclamo, pero no están teniendo respuesta, el municipio lo que hace es llevar el agua en un tanque, pero cuando se termina, no la están llevando, ya hace dos semanas que vienen pidiendo que les lleven el agua y no la están llevando, el chófer le dijo a José Ortiz uno de los caciques (de Arenales) que el tanque estaba roto" fue la frase que arrojó Feliz y que rescató El Nuevo Diario de Salta. Pero luego agregó: "le dijeron que el intendente dijo que no está preocupando por el tema porque la gente de los parajes no lo votaron", sostuvo.

Pero esta acusación no fue la única. Los constantes abandonos que tuvo el Intendente con las comunidades wichí llevaron a que ellas mismas dijeran "basta" y se presentaran en las elecciones del 2015 para pelear por la intendencia. Pese a haber conseguido sacar casi 500 votos, no les alcanzó para destronar a la dinastía.

En tan solo algunas semanas las elecciones provinciales se vivirán a tono de fiesta por la democracia y la renovación, pero en Ballivían lejos de respirar aires nuevos, se seguirá repitiendo la misma foto de siempre mientras las comunidades originarias continuarán denunciando ser abandonadas por el Ejecutivo Municipal.