Que se haga justicia

Moretones, culpas y una confesión en la tercera semana del juicio de Nahir Galarza

El lunes declara la imputada.

La séptima jornada del debate, el lunes pasado, fue el turno de declarar para Giuliana Viera. La testigo conoció a Nahir hace poco más de un año cuando empezaron a cursar juntas la carrera de Derecho y se hicieron amigas.

En su relato, Viera aseguró que no conocía a Pastorizzo y que nunca lo había escuchado nombrar. Después del crimen, sin embargo, cuando le preguntó a su amiga detenida por qué "hizo lo que hizo", ella le confesó que había sido la única salida para que la dejara tranquila. "Me dijo: ?Si no lo hacía nunca me va a dejar en paz'", afirmó.

Miriam Duarte, la masajista de la joven de 19 años, fue la segunda protagonista de la fecha. Afirmó que unos días antes del crimen, le vio a Nahir "moretones en los brazos"y a "un golpe en la parte baja de la espalda". También sostuvo que Fernando la acosaba por teléfono y que la imputada le había dicho "que la tenía podrida".

El ginecólogo y el show de la abuela Brígida

El martes los jueces escucharon a Víctor García, el ginecólogo que atendió a Nahir el 22 de diciembre. Es decir, una semana antes de la muerte de Patorizzo. El profesional confirmó que la chica tenía una lesión en la pierna pero, según explicó, cuando le preguntó al respecto la joven no recordaba cómo se la había hecho.

También declaró más tarde Brígida María Gálvez, la abuela paterna de Nahir, y ella fue la única que logró sacarle una sonrisa a la joven que observó casi imperturbable a cada uno de los testigos. "Algunas cosas voy a responder, pero algunas cosas no", advirtió enseguida la mujer.

Habló durante 20 minutos y siempre se refirió a Fernando como "el pibe". Si bien en un momento de su declaración contó que una noche lo vio cuando le gritaba y tenía a su nieta agarrada del cuello, después sostuvo que nunca se lo presentaron ni lo había visto en la casa. Entonces sorprendió con una nueva aclaración: "Las veces que lo vi, nunca le tomó la mano, nunca le daba un beso. Nunca". El fiscal siguió preguntando y finalmente los nervios le jugaron en contra a Brígida. "Bueno, bueno, no me haga más preguntas porque no sé nada", manifestó.

Moretones, llamados y culpas

La novena audiencia arrancó con el testimonio del entrenador del gimnasio al que asistía la joven de 19 años, Walter Jiménez. "En una oportunidad ella estaba haciendo abdominales y ahí noté que tenía un raspón en la pierna izquierda. Era un raspón de color rojo, se le notaban las líneas similares a la herida que se provoca cuando uno se cae de la bici", declaró el testigo. Pero, al preguntarle a Nahir cómo se había lastimado, ella no le respondió nada.

Nahir Galarza, la chica que mató a su novio y después dijo que "fue sin querer", está en el banquillo. Sus padres, devastados.
Ante los jueces, su mamá dijo que la mañana en que se supo sobre el crimen "ella no podía hablar, estaba como ida"

Le siguió en el banquillo uno de los testimonios más esperados del juicio: la mamá de Nahir. Desde que se sentó frente al Tribunal, Yamina Kroh no paró ni por un instante de llorar. La mujer dijo que empezó a sospechar que Nahir estaba teniendo problemas "con alguien" por la insistencia de los llamados en su casa. "El teléfono sonaba y sonaba. Tenía 87 mensajes en 10 minutos", afirmó.

Entonces también empezó a notar marcas de golpes en el cuerpo de su hija pero hicieron una suerte de pacto de silencio para no decirle al padre porque si (Marcelo Galarza) se enteraba "iba a ser peor". Por ese silencio y por no haber averigüado lo que realmente estaba pasando fue que una vez más, igual que la primera vez que la vio detenida en la comisaría, le pidió perdón. "Te pido perdón por no haberte cuidado", le dijo directamente a Nahir.

Marcelo Galarza, su papá, también se quebró pero solo unos pocos segundos. El hombre aseguró que nunca supo que su hija tuviera novio, admitió que Fernando viajó con ellos a Brasil pero aclaró que eso no significaba que lo hubiera conocido realmente. Galarza también hizo un repaso de sus antecedentes dentro de la Policía, recordó que participó de operaciones muy peligrosas pero sostuvo que cuando Nahir nació le cambió la vida. "Dejé de ser yo", dijo.

"Hoy debo decir que tengo culpas. Si ella padecía de alguna cosa rara y yo lo hubiera notado, hubiera sido distinta la cosa", comentó. (TN)

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